-¡Kerem! ¡Ayuda!—gritó Lana desesperada.
-No puedo respirar...—tomó con fuerza la mano de su amiga.
-Tranquila hija. Ya se pasará.—intentó calmarla.
-Kerem...—lo buscó con desesperación.
-¡Apártense!—se abrió paso entre la gente.—¡Hande!—rápidamente se agachó hasta quedar a su altura.—Tranquila mi ángel.—tomó su bolso y comenzó a buscar la dosis del antialérgico.
-¡¿Qué crees que haces?!—lo miró con desagrado.
-Lo que usted no es capaz de hacer. Salvarle la vida a su hija.—subió un poco su vestido y le administró en la pierna la medicación.
-Kerem.—su voz salió muy débil.
-Estoy aquí cariño. No me iré de tú lado.—la pegó a su pecho y la envolvió entre sus brazos.
-Quiero ir a casa.—se aferró a él.
-Claro hija, llamo para que nos recojan y nos vamos.—se acercó a ella.
-No, quiero ir a casa con Kerem.—se escondió en su cuello.
-Pero Hande...—volvió a insistir.
-Pero nada. Quiero estar con mi novio.—dijo muy segura.
-Vamos cariño.—la cargó con cuidado en sus brazos.—Igual gracias por la invitación señora.—la miró por última vez y comenzó a caminar hacia la salida.
-Hija llámame cuando te encuentres mejor.—dijo antes de que desaparecieran por la puerta.
-Estoy mareada.—murmuró.
-Ya nos vamos a casa.—respondió.
Al llegar al coche, abrió la puerta del copiloto y la sentó con mucho cuidado. Tomó el cinturón de seguridad y lo pasó por su cintura y pecho para abrocharlo, no sin antes mirarla una y otra vez para comprobar su estado. Rápidamente pasó a su lugar, arrancó y aceleró para llegar lo antes posible a casa. Su preocupación era tan grande que apenas percibió el camino y cuando se quiso dar cuenta ya estaba frente a la puerta. Estacionó a un lado, abrió la puerta de casa y corrió hacia ella para tomarla de nuevo en sus brazos. Cuando entró, subió a la habitación y la dejó sobre la cama con delicadeza. Hande tenía los ojos entreabiertos como si el cansancio poco a poco la fuera ganando.
-Gato.—lo llamó.
-¿Si?—se sentó en el borde de la cama.
-Quítame la ropa.—pidió.
Alzó sus piernas y las apoyó sobre sus muslos para comenzar a desatar las tiras de sus tacones. Mientras que lo hacía, le dedicaba pequeñas miradas viendo como comenzaba a quedarse dormida por los efectos del antialérgico.
-Ven aquí.—pasó la mano por su espalda y la incorporó para bajarle la cremallera del vestido.—Un brazo por aquí.—tiró de la manga.—Y el otro también.—repitió la misma acción.
-¿Te gustó mi vestido?—abrió un poco más los ojos para mirarlo.
-Me encantó.—respondió.—Aunque te lo tendrás que poner otro día para poder quitártelo de la forma en la que quiero.—esbozó una sonrisa pícara.
-Me parece bien.—apoyó la cabeza en su hombro.
-No te duermas. Voy a buscarte algo cómodo para que puedas dormir.—la apartó con cuidado y se dirigió hasta el armario.—Te quedará un poco grande pero así al menos estarás más cómoda.—lanzó la ropa a la cama y se sentó de nuevo junto a ella.
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Lucharé por ti 》Hanker
FanfictionSus pulmones le ardían de tanto correr y sus piernas comenzaban a flaquear debido al cansancio de la anterior pelea así que decidió girar en la próxima esquina para perderlos de vista pero lo que no contaba es que aquella calle no tenía salida.