Lucharé por ti 》Hanker

Capítulo 5

La luz comenzó a entrar por la ventana haciendo que Hande comenzara a abrir sus ojos. Aún era temprano pero ya se podía ver con claridad así que cuando se levantó, arregló la cama y salió al salón para ver si había alguien más despierto en la casa.

Kerem estaba dormido en el sofá, así que se acercó lentamente a él y se agachó para quedar a su altura. Pasó su mano delicadamente por su mejilla y pudo ver que las marcas del recorrido de sus lágrimas aún seguían ahí, su corazón se encogió de tristeza pero más lo hizo cuando fijó su mirada en su antebrazo. Lo tenía vendado pero aún así se podía ver cómo un poco de sangre había calado por la tela, se sintió horrible al saber que él estaba así por su culpa y que encima, después de todo lo que había hecho por ella, era distante y cortada.

-Será mejor que no lo despiertes, está muy cansado.—dijo Sahin mientras la miraba desde la puerta del pasillo.

-Buenos días.—saludó.—No tenía intención de despertarle, sólo quería saber si estaba bien después de todo.—se separó de él.

-¿Tú estás bien?—la miró preocupado.

-Si, aún tengo el susto en el cuerpo y me duelen un poco las piernas pero dentro de lo que cabe estoy bien.—sonrió un poco.

-Deberías comer algo. Siéntete como en casa.—la acompañó hasta la cocina.

-Gracias.—se sentó al lado de la mesa.

Sahin preparó una cafetera y mientras se estaba haciendo cortó una rebanadas de pan para ponerlas en el tostador. Cuando estuvo todo listo, lo colocó sobre la mesa y le extendió la taza con su plato a Hande.

-¡Buenos días familia!—saludó Ahmed al salir de la habitación.

-Shh...—le llamó la atención.—Baja el tono de voz, Kerem aún duerme.—lo señaló mientras este se movía.

-Disculpa campeón, no me di cuenta.—se sentó en la mesa mientras se servía un poco de café.—Debe estar agotado después de haberlo curado a dolor. Fue muy duro.—comentó.—Bueno, ¿y tú como estás?—la miró.

-Bien, ya estoy un poco mejor aunque estoy preocupada por él.—lo miró desde la puerta.

-Se mejorará en unos días.—respondió.

Siguieron desayunando tranquilamente hasta que escucharon como Kerem se había levantado. Su rostro estaba serio y parecía que dentro de su mente había una batalla la cual no podía controlar. No se veía nada bien.

-Buenos días.—salió de la puerta para saludarle.

Kerem no le respondió, ni siquiera la miró y eso le dolió en el alma. Sólo se limitó a coger su cartera y poner rumbo hacia la puerta.

-Ahora vengo.—dijo antes de salir por la puerta sin mirar a nadie.

Se quedaron sorprendidos ante el comportamiento de este y se miraron entre sí, tratando de entender lo ocurrido. Hande se sintió un poco incómoda y decidió levantarse de allí.

-Iré a la habitación para recoger mis cosas.—salió de la cocina.

-Este niño cada día está peor, ya no sé que voy a hacer con él. Ya no me cuenta las cosas, apenas pasa tiempo en casa y siempre que lo veo parece estar sumergido en sus pensamientos.—suspiró.—Campeón, Kerem está muy mal, deberías contarle la verdad y decirle de una vez por todas que tú eres su padre quizás así pueda afrontar la vida de otra manera.—le suplicó con la mirada.

-¿Acaso no has visto como ha tratado a Hande? Ahora mismo no está en condiciones como para saber la verdad, eso lo distraerá de los entrenamientos y no quiero que deje de hacer lo que ama por mi culpa. Jamás puede saberlo Ahmed, no estoy preparado para que me odie.—dijo cabizbajo.