Angelito De La Calle // Adaptación Emiliaco

3. Parque de Atracciones

- Entonces "Novio de Emilio".

Joaquín se sonrojó y bajó la mirada.

- Dime dónde queda tu casa.

Joaquín mordió su labio indeciso.

- Tú tienes que trabajar, Emilio, déjame allá y yo recojo mis cosas y te llamo y...

- No voy a ceder, Joaquín, dime dónde es tu casa.

Joaquín suspiró rindiéndose, Brian no es el único necio en la familia Osorio.

- ¿Conoces el colegio público que queda a 3 cuadras del museo?

- Sí.

- Me dejas ahí, me esperas y yo...

- Yo voy a entrar a esa casa contigo, Joa, no insistas.

- Yo no quiero que él te lastime.

- Yo tampoco voy a permitir que él te lastime.

Joaquín golpeó su frente frustrado.

- Llévame allá, yo te guio.

- Ok.

Comencé a conducir.

- No te enojes, nene, sólo... quiero que estés a salvo.

- Lo sé, es que...

Joaquín bajó la mirada, su voz se rompió y lo escuché suspirar.

- No quiero que te lastime por mi culpa.

- No me vá a lastimar, y no te vá a lastimar a ti tampoco.

Una lágrima se deslizó por su mejilla, sin pensarlo llevé mi mano a su rostro para interrumpir el camino de la salada gota y además acariciar la mejilla de Joaquín.

- Por favor, no llores, Joaquín, puedo pedir un préstamo entonces y compramos algo de ropa nueva para ti y ya, no tenemos que ir.

- Pero no sabría cómo pagarte, Emi.

- Eso no importa.

- No, sí importa.

- Joaquín...

Levanté su rostro con delicadeza para que me mirara a los ojos.

- Lo único que me importa en éste momento es que tú estés bien, ¿De acuerdo? El dinero no es un problema, mejor... ¿Qué te parece si dejo el taxi en la casa y vamos a dar un paseo los dos? Por ahí, no sé, al cine.

Joaquín sonrió y ladeó su rostro acurrucándose en mi toque.

- ¿Dónde dejaste las alas y la aureola, Emilio?

Sonreí y me encogí de hombros.

- ¿Vamos entonces?

Joaquín asintió emocionado, hoy me encargaría de que fuera un día especial para él, de que se olvidara de todas sus tristezas y pasara un buen momento.