- Oh, no, no, no. ¿Joaquín? - Dijo Brian caminando hacía el baño.- ¿Ves lo que haces, tonto?
- Oye, yo no lo hice por lastimarlo.
Me puse de pié y caminé hacía el baño, golpeé en la puerta suavemente.
- ¿Joaquín?
No hubo respuesta.
- Joaquín, arregla lo que hiciste.
Brian rascó su nuca y se acercó también.
- ¿Joaquín? Nene, lo siento, ¿Me perdonas? ¿Puedo comprarte unas donas para que me perdones?
Nada.
- Brian, recuérdame ¿Porqué vivo contigo?
Brian hizo un puchero, volví a golpear en la puerta, la ducha fué abierta, lo entendí cómo un claro "Lárgate".
- ¿Ya desayunaron?
Brian negó con la cabeza.
- Bueno, vé y prepárale a Joaquín el mejor puto desayuno de la historia, y cómprale esas donas, ya sabes, chocolate y fresa.
Brian asintió y salió casi corriendo sin decir nada más.
- Joa, ábreme, mi amor. Sé que no estás dentro de la ducha, el agua está golpeando en el suelo, Brian se fué, ¿Puedes salir?
- No.
- ¿Porqué no? Bebé, ven, ¿Estás llorando?
- No.
Mentira, su voz sonó claramente en medio del llanto.
- Mi cielo, cosita preciosa, ábreme. Ó me voy a poner muy triste.
El silencio reinó en ambas partes, pude escuchar el cerrojo de la puerta y ésta se abrió, entré al baño y Joaquín estaba allí, con sus ojos rojos y sus mejillas mojadas por las lágrimas.
- Joaquín...
Joaquín se acercó a mí poniendo su cabeza sobre mi pecho y rodeándome con sus brazos, los sollozos hacían que su cuerpo temblara y podía sentir mi camisa húmeda, lo abracé con fuerza y acaricié su cabello con dulzura mientras lo dejaba desahogarse. No sé si Joaquín podría ponerse así por una inocente broma por parte de Brian, pero apostaba todo a que no.
- Desahógate, mi vida, yo estoy aquí para ti.
Joaquín lloró varios minutos que a mí me parecieron horas, las horas más largas de toda mi vida. Todo el tiempo acaricié su cabello y lo sostuve con fuerza, se me hizo eterno hasta que sus sollozos se silenciaron, se alejó y se limpió la nariz y los ojos.
- Lo siento.
- No, no te disculpes, corazón. Está bien.
Besé su frente.
- Todo está bien, lindo, ¿Qué pasa? ¿Quieres contarme? No es por lo de Brian, ¿Cierto?
- No es nada, Emilio, es que yo soy muy llorón.
- No es cierto, mi angelito, ¿Qué pasa?
- No quiero abrumarte con mis cosas y mis historias tristes.
- Tú no me abrumas, bonito, nunca podrías abrumarme. Puedes confiar en mí.
- Yo... no quiero hablar.
- Está bien, lo entiendo, hermoso. Voy a ayudarle a Brian con el desayuno ó vá a quemar la cocina.
Joaquín sonrió débilmente y asintió, besé sus labios cortamente y salí del baño, bajé a la cocina, Brian ya había ido por las donas y unas cajas de avena.
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Angelito De La Calle // Adaptación Emiliaco
Fiksi PenggemarEmilio es un chico de 23 años que tuvo que dejar la universidad para dedicarse a trabajar cuándo decidió hacerse cargo de su hermano menor, no encontrando muchas opciones. Alguien le propuso que manejara un taxi y así comenzó a hacerlo, no es nada...