16. Juicio

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Corrí cómo si mi vida dependiera de eso buscando la bendita habitación, subí, volví a bajar, de nuevo arriba hasta que la encontré. Entré sin golpear, Emilio estaba acostado en una camilla, despierto y con su pié enyesado, suspiré y me acerqué a él y lo abracé.

- Oh, Joaquín, no. No fué nada grave.

Sollocé cómo el llorón que soy, todavía sentía el pánico de perder a Emilio.

- Joa, cálmate, sólo fué el susto. Estoy bien, sólo me lastimé el pié.

No dije nada, simplemente seguí abrazándolo y llorando.

- Mi amor, bebé, ya. Ven, mírame.

No. Me pegué a él y lloré en su cuello, Emilio se rindió y acarició mi cabello.

- Pensé que te había perdido, que te habías ido cómo mi mamá y me ibas a dejar sólo.

- Mi cielo, yo nunca te voy a dejar sólo, te lo prometo.

Me alejé por fin para dejar de ahogar a mi chico, limpié mi rostro y extendí mi dedo meñique.

- ¿Por la garrita?

Emilio entrelazó su meñique con el mío y me sonrió.

- Por la garrita, ven aquí.

Emilio me abrazó con la fuerza que necesitaba.

- Tuve tanto miedo, Emi, ¿Qué fué lo que pasó?

Me alejé y lo miré, puse mis manos en sus mejillas, tenía una leve cortada en su mejilla.

- ¿Estás bien? ¿Cómo pasó? ¿Qué...?

- Me quedé sin frenos.

Abrí mi boca sorprendido.

- ¿Y te hiciste mucho daño?

- Tuve suerte, mucha suerte, sólo me fracturé el pié.

- Yo te voy a cuidar mucho, mucho, mucho.

Eduardo limpió las lágrimas de mi rostro y me besó.

- No vuelvas a asustarme así.

- Lo siento.

Volví a abrazarlo y me recargué en su pecho, pudiendo respirar más tranquilo.


Joaquín había estado recargado en mi pecho varios minutos, me dolió verlo así, tan triste, tan asustado; el doctor me dijo que de verdad había tenido suerte, porque el taxi había quedado en pérdida total, era un milagro que yo esté vivo y casi ileso

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Joaquín había estado recargado en mi pecho varios minutos, me dolió verlo así, tan triste, tan asustado; el doctor me dijo que de verdad había tenido suerte, porque el taxi había quedado en pérdida total, era un milagro que yo esté vivo y casi ileso. Pero sé que es porque mi momento aquí no ha acabado, tengo que meter a las personas que lastimaron a Joaquín a la cárcel, vivir mi historia en paz con mi bebé, casarnos, tener hijos. Me hace falta mucho, mucho, mucho. El doctor entró y vió a Joaquín, que sin darme cuenta se había quedado dormido.

Angelito De La Calle // Adaptación Emiliaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora