Capítulo 4

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Ciertamente, había existido una amistad entre Sesshomaru y Kirinmaru, pero todo había terminado de la peor manera, pues, que ambos estuvieran interesados ​​en la misma mujer, era suficiente. 
Y Sesshomaru, lo podía recordar a la perfección, ese preciso momento, en que por primera vez, vio a quien se convertiría en su esposa, así mismo, en percibir las intenciones de su "amigo" de pelear por ella.

Era viernes, y como de costumbre, ambos jóvenes miembros del último año de la universidad, asistían a bares o diversos lugares donde zaceaban su sed de alcohol, por parte del peli-plateado y por parte del pelirrojo, a encontrar que nueva señorita llevarse a la cama

No es como si Sesshomaru no hubiera hecho lo mismo en algún momento, pero no era al grado de Kirinmaru, pues a este, le gustaba relacionarse con diversas chicas, ya que conocer a una diferente cada fin de semana, era lo que más disfrutaba.

Esa noche, el lugar era uno de los más concurridos por los alumnos de la universidad, pues asistían para bailar y beber por igual. Algo que compartían  ambos jóvenes era su grado de arrogancia, pues siempre gustaban de darse el lujo de alquilar los balcones de cualquier lugar que tuvieran, pues así Sesshomaru podía beber con tranquilidad, mientras que Kirinmaru, tenía la vista perfecta a todas las chicas que deseaba , por lo tanto, elegir a las mujeres era de manera exclusiva.

Mientras fruncía el ceño, viendo como su amigo admiraba a cada chica que abajo bailaba, se recargo en la barandilla del balcón y bebió su trago sin encontrar algo de su interés. Fue entonces, que sus ojos se abrieron cual sorpresa, pues ya había encontrado a alguien capaz de captar su atención.

Aquella quien lo había dejado con el trago a media garganta, era una hermosa, hermosa chica, que justo frente a él, bailaba sin reparo, moviendo de manera exquisita su sensual cuerpo.

Obviamente al ser cautivado por su belleza, enfoco su vista y pudo contemplar cada detalle de ella. Lucía un vestido naranja, ajustado al cuerpo, corte lápiz y hombros descubiertos. Atuendo perfecto para hacerlo babear. Su rostro la hacía parecer un ángel pero los movimientos de su baile la hacían ver como toda una peligrosa diosa.

No conocía la canción que sonaba, pero al parecer, ella sí, pues sus movimientos combinaban a la perfección con el ritmo de la música, así mismo, pudo alcanzar a ver como sus labios se movían, mientras se perdía cantando la letra.

Ese acto le encantó, y mientras se mordía los labios pensaba en que chica tan magnifica se había encontrado.

No podía dejar de mirarla, era hipnotizante, como su cabello se movía junto con ella, chocando con su rostro, se enredaba en sus brazos, y como el sudor que brotaba de ella, la hacía lucir aún más sexy. A pesar de que no parecía una chica atrevida, prendía por completo los sentidos del joven albino.

Entonces, mientras más concentrado estaba, Kirinmaru apareció perturbando sus ideas.

- ¿Qué te mantiene tan concentrado amigo? Hace como diez minutos que no mueves ningún musculo, o ¿Será que el alcohol por fin te hizo efecto? – preguntó palmeando su espalda.

- No es nada que te incumba – respondió irritado.

- ¡Vamos! Dime, no seas egoísta – burló colocándose a su lado, mientras buscaba impaciente aquello que había paralizado a su amigo.

Y sin poder evitarlo, Kirinmaru pudo distinguir perfectamente de quien se trataba.

- ¡Vaya! Ahora comprendo porque no te movías… es verdaderamente sexy – confesó sincero, provocando una mirada de desagrado en Sesshomaru - ¿Y bien? ¿Te quedaras aquí o piensas invitarla a bailar? Se nota que le gusta y no la culpo… se mueve como una diosa, mira esas caderas…

Estaba claro que a Sesshomaru le molestaba la manera en que sin vergüenza, su amigo comenzaba a referirse a ella, y conociéndolo, sino se lo dejaba en claro, se adelantaría e intentaría convertirla en parte de su lista.

No es como si anteriormente, no le hubiese gustado alguna chica, pero no de esa manera y por alguna razón, no deseaba que Kirinmaru se le acercara o mucho menos que la viera.

- Sabes bien que no bailo… pero no significa que tú puedas hacerlo…

- ¿Por qué no debería hacerlo? – cuestionó levantando una ceja.

- Porque es mía…

El pelirrojo se sorprendió, era la primera vez en que su amigo reclamaba a una chica como suya y aunque la jovencita le había encantado por completo, debía aceptar a quien la vio primero. Por lo tanto, por esa noche, no podía acercársele. Sesshomaru ya la tenía en la mira.

- Ya veo… - suspiro – De acuerdo, toda tuya amigo aunque si me lo permites – continuó – Se ve muy joven para estar en un lugar como este, ¿Tendrá ya, la mayoría de edad?

Sesshomaru observó de reojo a su amigo, sabía lo que intentaba, no estaba conforme con no poder acercarse a ella y lo único que le quedaba era molestarlo con sus estúpidas opiniones.

- Da igual… - respondió serio.

- ¡No creí que te gustaran las niñas Sesshomaru! – exaltó indignado.

- No es una niña imbécil.

- De acuerdo, no te molestes, solo digo que a lado de ti, se vería muy pequeña.

- Igual que todas a las que te llevas a tu departamento… - Kirinmaru soltó una carcajada.

Para ese momento, parecía que todo estaba tranquilo, ambos amigos lo habían acordado. Y Sesshomaru sin decirlo a voz alta se había decidido a buscarla, pues si esa chica estaba ahí esa noche, significaba que también estudiaba en la universidad. Esa era posibilidad de un noventa por ciento. Por lo tanto, estaba seguro que la encontraría.

Por otro lado, ignoraba por completo las intenciones de Kirinmaru, pues no estaría satisfecho hasta saber de quien se trataba, además, conocía a su amigo, no era el tipo que le interesara tener una relación.

Comentarios de la autora:

No sé si quieran saberlo pero las dos canciones que Rin bailo conquistando el corazón de Sesshomaru, fueron estas:

Strangers y Last To Know de Roosevelt (justo en el orden en que ella las baila)

Por si quieren escucharlas, son mis dos canciones favoritas y de las cuales me inspire para este capítulo. Así mismo espero que les guste y me comenten su opinión.

PD: la letra de las canciones no tiene nada que ver con la trama de la historia.

El Vestido de Rin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora