Capítulo 7

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Se encontraba trabajando, atento como siempre,a la pantalla, cuando llegó un correo inesperado. Le causo curiosidad pues el apellido Taisho aparecía como remitente, así que no dudo en revisarlo. Era una invitación, al pronto evento que daría lugar a la inauguración de la empresa independiente de Inuyasha, el hermano menor de Sesshomaru.

Le sorprendió la invitación, estaba seguro que la intención no era de Inuyahsa, pues al revisar, era el nombre de su esposa lo que apareció. Eso tenía más sentido, ella lo había hecho y estaba seguro de que sus influencias en los medios eran la principal y única razón para ser invitado. Por lo tanto les ahorraría las intenciones y no asistiría.

Su relación con esa familia había terminado hace años, así que su presencia ahí no tenía lugar.

Su cortesía y educación como siempre, nunca falto al responder e indicar a la señora Taisho que no asistiría a dicho evento, agradeciendo de ante mano la invitación. Después, soltando un suspiro planeo continuar con su trabajo cuando una respuesta llegó:

Kirinmaru frunció el ceño, ¿No se suponía que era todo? ¿No era más sencillo solo ver e ignorar el correo, porque la necesidad de responder? Planeo ignorar el correo pero su curiosidad le ganó, abriéndolo. Entonces sus ojos verdes se abrieron al leer la información que inocentemente esa mujer le había proporcionado.

Sería un evento pequeño, solo con familiares y amigos más cercanos. Por lo tanto Sesshomaru y… Rin, estarían presentes.

Rin, hacía años que no la veía, no desde lo sucedido en la universidad, no después de haberle roto el corazón. Y mucho menos, el día que se caso con quien alguna vez, fue su mejor amigo.

Si lo pensaba bien, no era buena idea asistir solo por ella. Sabía perfectamente que teniéndola a ella en un mismo espacio que él, no reprimiría las ganas de hablarle, de querer tocarla o de portarse como una idiota. Y no era todo, sino que Sesshomaru estaría atento a cualquiera que se atreviera a mirarla. Rodó los ojos. Como siempre, ese tipo y sus ridículos celos.

Solo tenía un motivo para asistir, mientras tenía cientos para ignorar aquella invitación, pero aun así, era difícil, ella siempre había poseído esa capacidad de hacerlo tomar malas decisiones. Ya no respondió al correo, tenía mucho que pensar, decidiendo al final que verla de lejos no afectaría a nadie.

Llegado el momento, se alisto y se encamino al evento. Por lo visto había llegado justo a tiempo, pues a lo lejos, pudo ver la mesa donde se encontraron los Taisho y sus esposas, siendo Rin, lo único que le alegró. Tomó asiento intentando no llamar mucho la atención y la observó atento. Lucía hermosa, como siempre.

Un dolor en el pecho le evitó saborear el trago que le acababan de servir, pues parecía feliz, radiante, encantadora, siendo consciente de que solo Sesshomaru podía provocar esos sentimientos en ella. Estuvo atento justo en el momento en que la hermosa mujer se levantó de su asiento y se dirigió al tocador, siendo impulsado a acercársele cuando la vio regresar.

Solo un saludo, y ver nuevamente esos ojos, es lo único que quería, pero teniéndola frente no pudo resistirse, ese vestido paralizaba los sentidos de cualquiera que la mirara. ciertamente Rin, y su manera de vestir siempre había sido el problema. Claro que no utilizó el cerebro cuando se acercó a ella, pues estuvo a punto de volver a enfrentarse con Sesshomaru.

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No tenía mucho tiempo entablando una amistad con la hermosa castaña, pero si estaba seguro de que la disponibilidad de Rin para con él, era una buena señal. Realmente, para esa cantidad de días, ya se había tardado en invitarla a salir, pero quería esperar un poco más, había descubierto que la chica no era como las otras, con ella, debía ser tierno y tratarla con delicadeza. Estrategia perfecta para conquistar su corazón.

Mostrarle y hacerla sentir confianza era esencial, así mismo una amistad que le dejara ver los encantos de su personalidad para que con eso, sus halagos no parecieran atrevidos. Para Kirinmaru todo iba perfecto, lo único que no había advertido, era que él mismo, estaba cayendo en los encantos de la señorita, pues aunque en un principio solo la había buscado por su interés físico, conocer su personalidad, de a poco había cautivado su corazón.

Pero de pronto, un día, de la nada Rin dejó de verlo como lo hacía, sus ojos parecían distantes, su mente distraída y esa atención completa que siempre le tenía, había desaparecido obteniendo una chica que frecuentemente parecía buscar algo. Estaba claro que algo le inquietaba, así que debía apresurarse.

- ¿Qué tal preciosa? – saludo acercándose a ella.

- ¡Hola Kirinmaru! – respondió gustosa

- ¿Ya te había dicho cuándo fue la primera vez que te vi?

- ¿Eh? ¿No fue el día en que utilizaste un bolígrafo como excusa? – Kirinmaru soltó una carcajada.

- No… esa fue la segunda vez, por eso no podía dejar pasar esa oportunidad – Rin bajo la mirada pero no para ocultar un sonrojo como lo hacía antes, sino que ahora, parecía sentirse incomoda - La primera vez – continuó – Fue una noche en el "Amapola" te vi bailar, vestías un vestido naranja que te hacia ver más que encantadora – y en esta ocasión si lo había conseguido. Sonrojar a la hermosa chica.

- Ya veo… - suspiró.

- Me percate de que te gusta mucho bailar

- Así es… - afirmó riendo

- Entonces ¿Qué dices? ¿Saldrías conmigo? Y así por fin, podría invitarte a bailar. No sabes lo mucho que desee hacerlo esa noche.

- ¿Y por qué no lo hiciste?

- No quise verme muy atrevido – sonrió guiñándole un ojo.

Quizá sí habría parecido muy atrevido pero Rin estaba segura que si lo hubiera hecho, no le hubiera negado la propuesta, más que nada porque para ese momento, aun no hubiera conocido a Sesshomaru y Kirinmaru era lo suficientemente atractivo como para no negarse, pero ahora era diferente. Para ella, ya no había nadie más perfecto que el guapísimo y varonil joven peli plateado que con su solo recuerdo la hacía suspirar.

Admitía que desde un principio, le intereso el pelirrojo, compartiendo coqueteos con él, y de alguna forma cambiar tan rápido de interés le avergonzaba pero no era su culpa. Sesshomaru tenía una personalidad tan diferente a Kirinmaru, y tan diferente a la de ella, que le fue inevitable sentirse sumamente atraíds por él. Y no era todo, sino que lo mejor y lo más importante es que con Sesshmaru había tenido una conexión.

Conexión que nunca antes había tenido con nadie. Por ese motivo, no podía aceptar esa invitación, porque aunque el joven albino no era su novio, imaginarse en una cita con alguien más, no le agradaba del todo, mucho menos por las claras intenciones de su amigo, pues sabía que sería una cita romántica.

- Ah… Muchas gracias Kirinmaru, pero ya tengo planes. Será en otra ocasión – y tomando sus cosas, se despidió de él, para acercarse a su siguiente clase. Dejando al joven cuestionándose las razones de su rechazo.

No fue hasta días después que supo lo que sucedía, pues verla bajar del auto de Sesshomaru lo hizo comprender que si no hacía algo pronto, la perdería por completo, pues conocía perfectamente a su amigo, esa manera de mirarla, de tratarla, de hablarle, significaba que sus intenciones eran serias, que Rin era tan importante para Sesshomaru como para él.

Comentarios de la autora:

Quise escribir un capitulo donde supieran un poco mas acerca de los pensamientos y sentimientos de Kirinmaru. Así mismo, me gustaría que me compartiera su opinión y que piensan de las decisiones de Kirinmaru junto con su forma de actuar.

Nuevamente gracias, muchas gracias por su apoyo… les mando un fuerte abrazo con todo mi cariño.

Saludos. ♥️

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