Capítulo 18

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A Rin le sorprendió la manera en como había llegado a saludarla Kirinmaru. Ya que había sido tal como antes, con esa confianza, con esa actitud coqueta, con esa sonrisa y con esa mirada que reflejaba su sincero cariño.

- ¿Kirinmaru? – dudó, más que nada por sus palabras, pues la buscaba solo a ella pero, ¿Para qué?

- Estoy haciendo un reportaje – adelantó – Es por eso que vine a la universidad, solo aquí pude encontrar la información que necesitaba. Una entrevista es lo único que me falta.

- ¿Una entrevista?

- Así es… solo serán un par de preguntas ¿Aceptas? – ofreció, ofreciéndoles su mano. Rin suspiró.

- Lo siento, no puedo, debo estudiar. Pero estoy segura que encontraras a alguien más que te ayude con la entrevista – aseguró, por el número de chicas que lo admiraban.

Rin planeaba retirarse sin decir nada más, pero fue en ese momento que, comenzando a caminar, el joven pelirrojo, la tomó del brazo.

- No Rin… Te necesito a ti.

- ¿A mí? ¿Por qué? – expresó sorprendida.

Pero después de advertir todas aquellas insistentes e incómodas miradas, prefirió no esperar a que respondiera y sin más opción, aceptó. Lo que menos quería era ser víctima de rumores, así que le exigió al joven, realizar esa entrevista lo más rápido posible, pues no podía desordenar su agenda. Además, dentro de sí, deseaba que ese encuentro no fuera mencionado a Sesshomaru por alguien que no fuera ella misma.

- ¿Podrías decirme que es lo que realmente necesitas a Kirinmaru? – preguntó firme en cuanto llegaron a una mesa en la cafetería.

- No te mentí Rin… vine por causa de trabajo – aseguró – Aunque…. Tambien fue la excusa perfecta para poder verte.

-Kirinmaru yo no…

- Tranquila Rin – interrumpió – La única intención que tengo en este momento es remediar lo sucedido – la castaña lo observó – Fui un idiota, lo sé, lo reconozco, hice muchas estupideces… pero, la peor de todas, fue arruinar nuestra amistad. Es por eso que me atreví a buscarte, me gustaría recuperar esa amistad contigo. Si tú me lo permites…

La chica no respondió nada, su rostro se mantuvo firme, serio, solo escuchando lo que decía.

- El reconciliar nuestra amistad, no será como antes – insistió – Como cuando, te veía, conversábamos o incluso, llegábamos a almorzar juntos. Las cosas han cambiado y lo entiendo. Además, aunque quisiera mis horarios de trabajo no se pueden cambiar como aquí – sonrió – Lo único que quiero es que vuelvas a verme como tu amigo, que… si en algún momento nos volvemos a encontrar, reciba de tu parte un saludo, junto con esa encantadora sonrisa que, te caracteriza. En lugar de una mirada fría o peor, que me ignores.

Rin lo observó atenta, analizando en silencio cada palabra que le había dicho.

- Rin… mírame, no te estoy engañando.

Si, quizá no era lo más apropiado pero también, sabía que hablaba en serio, pues no veía en sus ojos ni en el tono de su voz, alguna señal de engaño, sino todo lo contario, parecía hablar con sinceridad y al mismo tiempo, con sufrimiento. Se veía estar realmente arrepentido.

Además en esa ocasión, no tendría por qué buscar algo más, como bien lo había dicho, ya no se podía, sus horarios eran diferentes, y ella, cuando no estaba en la universidad o en casa, estaba con Sesshomaru, así que, quizá esos encuentros que él mencionaba, no llegarían a pasar. Y por último pero no menos importante, Rin, era una chica sensible, lo que la llevó a percatarse del sufrimiento de Kirinmaru. Por lo tanto, decidió arriesgarse y acepar esa disculpa, así mismo, reconciliar su amistad con él.

El Vestido de Rin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora