Capitulo V: una cara nueva

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Serian entorno a las tres de la madrugada, y tan solo quedaban dos personas despiertas en la guarida de los akatsuki, Obita y Deidara, que a esas horas ya no se les podía considerar como a tales.

–Hola... Me llaman Romea.

La de ojos zafiro se dirigió hacia su amiga con una voz "seductora", o con la intención de que lo fuera, pero así lo único que consiguió fue que la de cabellos oscuros se riera.

–Es un placer conocerla.

–Qué bien te vez.

–Dígame usted si a echo algo travieso alguna vez.

–Una aventura sería más divertida si huele a peligro

–Y si te invito una copa y me acerco a tu boca si te robo un besito a ver te enojas conmigo

–Qué dirías si esta noche te seduzco en mi coche que se empañen los vidrios y la regla es que goces

–Si te falto al respeto y luego culpo al alcohol, si levantó tu falda me darías el derecho a medir tu sensatez

–En poner a juego tu cuerpo... si te parece prudente...esta propuesta indecente..

–A ver a ver, permíteme apreciar tu desnudez.

Ambas rieron al ver en la posición en la que estaban, les generaba bastante gracia como la rubia rodeaba la cintura de la Uchiha con sus brazos y esta se inclinaba ligeramente hacia atrás cada vez más, acercando su cabeza al suelo, depositando una gran cantidad de confianza en su miga que en cualquier momento podría soltarle y dejar que cayera al suelo. Sin embargo para su sorpresa ella le agarraba con fuerza para evitar que cayera y se lastimara.

–Obita...

–Que pasa?

–Bueno.. Como te lo digo...

Los brazos de la rubia empezaron a temblar casi como un flan, y miró a su amiga bastante avergonzada con un leve sonrojo en su cara.

–Dímelo y ya.

Entonces la de ojos zafiro respiró hondo y miró al rostro de su amiga.

–Bueno... La verdad es que...

–¡Dilo ya!

La más joven de las dos le volvió a mirar un poco más avergonzada aún con un leve sonrojo en sus mejillas y con los brazos cada vez le temblaban más.

–Se me están cansando los brazos...

–Y por eso tanto secretismo?

–Si. Es que tal vez podías pensar que es por que pesas, y por eso no te lo quería decir.

La Uchiha se levantó y la rubia pudo volver a una posición normal, y pudo descansar sus brazos y así dejaron de temblar, pronto el sonrojo de su cara desapareció, junto con la expresión avergonzada que tenia.

–Buenas!

Una voz que habló llamó la atención de ambas amigas provocando así que ambas dirigieran sus miradas hacia la procedencia de la voz.

–Hola Kakashi.

–Hola bakakashi.

–Hola Obita, y hola Deidara. Que hacían?

–Nada interesante.

–Solo tonterías.

–Ósea que solo demostrabas lo que eras, no Deidara?

Todo por tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora