Capítulo 9:
Verde bosque—¿A dónde crees que nos lleve este lugar? —la voz de Suri es un eco que rebota contra las paredes rocosas, angostas y desiguales. Me quede atrás, esos dos no parecen entender que estar aquí puede ser peligroso.
El sendero de árboles trazo una ruta hacia la montaña, a una grieta entre rocas y maleza. Antes de que pudiera opinar si era buena idea entrar o no, ya era porque Suri estaba echándole un vistazo al interior de la grieta y Cristian iba tras ella. No me quedo de otra más que entrar también.
—¿No se supone que nos iríamos de aquí? —pregunto. No dejo mirar a mi espalda, esperando que alguien salte sobre mí para intentar acabar con mi vida, parece que en eso se ha resumido mi vida en los últimos días. Días, que parecen ser meses. Pero no, desde que entramos a la montaña seguimos siendo solo nosotros tres, y el eco de nuestras voces.
Ya me siento renovada, recibí una cantidad de energía del valle, bueno es lo que supongo, lo único que sigue igual, sigo toda sucia de fango ya seco, en la mayor parte de mi cuerpo. No estoy segura de cuanto hemos recorrido, de lo que sí, cada vez descendemos un poco más.
—Esta podría ser la salida —responde Cristian.
—Deja de preocuparte. Si nos quisieran hacer daño, ya lo hubieran hecho —replica Suri.
Me doy un vistazo para asegurar de que si, el fango sigue adherido a mi piel.
—Pues conmigo ya lo han intentado.
—Camina más rápido y ven a ver.
—¡Este lugar es increíble! —Exclama Cristian.
Me olvido por un momento de los peligros que esconde el valle. No voy a negar que me causa curiosidad hacia donde nos pueda llevar el túnel, que puede habitar en las montañas. Pero, me es difícil confiarme cuando en menos de cuarenta y ocho horas me han atacado dos veces. Además, estamos desarmados. Perdimos todo.
Al parecer, y todavía no estoy segura, hay como un pequeño mundo dentro de la montaña. Sus túneles están muy bien diseñados, además, da la impresión que cada vez que avanzamos unos metros se desbloquea el camino. Al igual que en el bosque, el túnel se ha ido moldeando a medida que avanzamos. Lo que nos pone en una situación de desventaja, si quisiéramos salir por nuestra cuenta nunca conseguiríamos el camino de regreso. Estamos a la disposición de ese ser invisible que nos ha ayudado, y del cual se desconoce sus intenciones.
—¿Se dan cuenta de que no podremos vol...?
No consigo terminar de formular la pregunta, el túnel se acabó y nos encontramos en la entrada de un habita maravilloso. El interior de la montaña es vida, una vida boscosa y majestuosa, muy verde y brillante. Las plantas brillan con luminiscencia. Descendimos muchísimo, tengo la sensación de estar apenas unos metros por encima del pie de la montaña.
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Encantus. Alas condenadas (libro 4)
FantasyLa primera vez que la vi me causo mucho miedo. Mi madre me dijo que podía confiar en ella. Que seríamos amigas para siempre. Su alianza de amistad, no fue algo que entendí sino hasta ya muy tarde. Maritza es una bruja que perdió su cuerpo. Evadió la...