Epilogo

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Epilogo

Mi perspectiva de Encantus dio un giro de ciento ochenta grados, y es, abrumador

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Mi perspectiva de Encantus dio un giro de ciento ochenta grados, y es, abrumador.

Cada rincón es un firme hilo que nos entrelaza a todos. Encantus es una red de magia, cada rey tiene una conexión especial con su corte, en cambio, yo estoy atada a todas. La fuerza de la naturaleza es tan pura, y desde que Maritza derramó la primera gota de sangre se ha ido manchando, debilitando.

Cada corte tiene su pequeña mancha de maldad, sin embargo, la más preocupante es la corte oscura, el eslabón más débil, a pesar de mis intentos para sostenerla, es justo eso lo que conseguí, apenas sostenerla.

Zulay se encuentra en la cuerda floja, ella no lo dirá y yo tampoco. Todos la ven fuerte, indestructible, la realidad, dudo que soporte otro golpe de la hermandad. Y la falta de sus dos herederos, los pone en jaque. Gerald está lejos, y sus aspiraciones se encuentran lejos de sus obligaciones como príncipe, y Susej, está más cerca de ser humano que de ser reina.

-Sé que prometí no preguntar -dice Mafer. La tela del vestido abrasa sus curvas y se abre como una cola de sirena desde la altura de las rodillas, el tono granate es precioso. Después de nuestra experiencia en la corte oscura, Mafer transmite el poder del fuego con cada respiro, cada paso firme, cada dorada mirada, como si algo en ella se hubiera amplificado. Se ve radiante y poderosa. -de hecho, no es nada referente a ti. ¿Se puede saber por qué la preocupación?

-No tengo cara de estar preocupada -replico, no puede ser que me note tanto.

-Podrás engañar al resto, no a mí. Así que, suéltalo.

El jardín de la corte se encuentra extrañamente solitario. Obra de Mauricio, dada la imperiosa necesidad de curiosear sobre mis orígenes, el consejo de la corte de verano se ha encargado de mi seguridad.

Mi nombre en boca de todos. Los rumores de un nuevo heredero circulan por todas las cortes, ya no es un mito, una historia, es una realidad.

Mi realidad.

Los eventos en la corte oscura no se pueden desmentir, demasiados testigos. La desesperación por mantener la chispa de magia viva, impidió que fuera precavida. Ahora todo se ha resumido a evadir las preguntas que no puedo ni quiero responder. Eso incluye a Mafer.

Quedamos en que todas sus preguntas serían respondidas una vez que regrese, por cierto, Luz me dio tres días para ir a ellos en mis términos, de lo contrario, es posible que mueva a sus guerreros y sea obligada a presentarme en el valle. El plazo se vence hoy.

-La corte oscura se vuelve cada vez más obscura.

-¿No siempre han sido así? Todos son muy fieles a los tonos oscuros.

Niego.

-Si ocurre un nuevo ataque, los perderemos. Eso no puede suceder, Mafer.

Ella se detiene, manos en las caderas y cejas alzadas. La gravedad de mis palabras traspasa su rostro. El arco de sus cejas decae. Lleva sus manos al frente y acaricia las muñecas.

Encantus. Alas condenadas (libro 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora