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¿Huh? —murmuré al notar como el aire de mi habitación empezaba a volverse más frío.

Alguna vez pensé que pasaba mucho tiempo en mi habitación. Y cuando por fin quise salir de ahí, no pude hacerlo. Mi cuerpo se había quedado expectante a lo que sucediese lo inevitable.

Era interesante. Era como tener mi primera experiencia paranormal.

Una especie de parálisis de sueño.

Solo que no estaba ni siquiera a punto de dormir.

¡Yaho~!

Como si fuese una burbuja que acababa de explotar, una joven pelirroja apareció frente a mis ojos.

Pequeños cuernos saliendo de su cabeza, unos colmillos no tan grandes, sus ojos celestes... Y la punta de su cola que tenía forma de corazón...

Ella era muy extraña.

¿Cosplay? —pregunté.

No, para nada. —negó riendo.

¿Me harás daño? ¿O que quieres? —pregunté tranquilamente.

Fuiste elegido de entre 10000 personas para pertenecerme... Fue aleatorio, pero siéntete bien... Y nunca mejor dicho... —dijo relamiendo sus labios.

¿Huh?

Ella había aterrizado frente a mí, posó su mano sobre mi hombro, y pronto sentí como mi cuerpo empezaba a reaccionar a su tacto. No pensé que fuese tan fácil de manipular... es más, pensé que siempre tendría el control de mi propio cuerpo, sin embargo, su mera presencia, hacía que quisiera abalanzarme sobre ella...

Es extraño... en este punto deberías estar volviéndote loco... —comentó sorprendida— Tal vez he perdido mi toque... Bueno, no importa. —resopló tirándome sobre mi cama— Tranquilo, te sentirás bien, aunque no prometo que sobrevivas...

¿Qué eres? —pregunté mientras ella parecía acecharme.

Soy una Súcubo, ¿acaso no es obvio? Voy a robarte toda la energía que pued– ¡Oww! —gimió de dolor al sentir un chispazo.

Por alguna razón, dicho chispazo, no me había afectado.

¿Q-qué hiciste? —preguntó mucho más sorprendida.

No tengo idea.

N-no puede ser... si no te robo tu energía... moriré...

Créeme que no lo siento...

Vamos... —insistió tratando de besar mi cuello.

Pero esta volvió a ser repelida por aquella corriente tan extraña.

No puede ser... Necesito hacerlo contigo... vamos, vamos... —siguió intentando sin éxito.

Es inútil... Por alguna razón no puedes "hacerlo" conmigo... —comenté mientras me sentaba sobre mi cama— ¿Ya te vas?

N-no... un humano no puede burlarse de mí...

No me estoy burland– ¡Ugh! ¡¿Qué demon–...?!

El dolor de mi piel siendo quemada, desapareció de inmediato.

Mi muñeca brillaba con un intenso color violeta, casi como una especie de tatuaje dibujado con brasas, varias líneas nacían del punto de medio de mi muñeco, de donde nacían numerosas venas, enrollando por completa toda mi mano.

MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora