III

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Aparece... Tenemos que hablar de algo importante. —ordené cansado de mi falta de conocimiento.

No es que no supiese la mayoría de las reglas que conllevaban tener sus ojos... pero... era mejor asegurarse de que no se me escapaba algo relevante.

Hace unos días me diste un gran festín... déjame en paz. —apareció bostezando.

Como siempre, ella levitaba sobre mí. Mientras dejaba a la vista todo lo que pudiese un hombre imaginar.

Es importante para nuestro futuro. O al menos para el mío.

Está bien, está bien, ya entendí... —resopló fastidiada.

Verla tan cómoda luego de estar a punto de desaparecer... era algo que me fastidiaba.

¿Cómo es que su posible muerte le daba tan igual? Ah, claro... ella no era un humano como tal... Tal vez carecía de los instintos más importantes del hombre... o tal vez no.

Necesito aprender mucho más de los contadores y de la energía que necesitamos para vivir.

No me importaba para nada su presencia. El verla de forma periódica hizo que mi cuerpo se acostumbrara. Ya no me importaba su vestimenta tan corta y explícita. Tampoco me importaban sus generosos muslos y pechos. Solo quería que esto acabara de una vez.

Es una norma para nosotros no revelar los secretos de nuestras habilidades. Si quieres saber algo tendrás que preguntármelo de forma específica. Sin ningún truco.

¿Ni siquiera cuando es información que puede salvar tu propia vida? —le desafié.

Sí.

Bueno. Quiero saber si puedo manipular de alguna manera los contadores, y que significado tienen los colores que estos adoptan.

Una pregunta muy simple y fácil de responder... —se burló meneando su cola— Ahora que te obsequié un poco de poder en tus ojos... puede que seas capaz de manipular positivamente o negativamente los contadores... El color de los contadores puede ser blanco que significa completa indiferencia, es decir, imposible de cambiar... el color negro que significa indiferencia hasta cierto punto, la transparencia que significa posible cambio, el gris que significa un cambio inminente... el rosa que es normalidad... el morado que significa cercanía... el rojo que significa pasión...

Kei tenía un color cercano al rojo... podría decirse que estaba a punto de llegar a tener sentimientos por mí. Cosa del que ya estaba al tanto.

Tu explicación es muy vaga... necesito detalles.

¡Déjame terminar! —se quejó como una niña— ¡No sé explicarme muy bien! ¡Es como si a un humano le preguntases como es ver, oír, y sentir...! ¡Es mi naturaleza!

Si bien su comparación parecía carecer de sentido... esta lo tenía hasta cierto punto...

Para ella era algo completamente natural... para mí, era algo muy extraño.

¿Hay más colores? —pregunté curioso.

Sí... se podría decir que los más especiales son los de color dorado, arcoíris, y... no recuerdo más...

¿Es en serio?

Sí...

Bueno... no puedo investigar sobre eso... así que me conformaré con tu información tan pobre.

Por cierto...

¿Sí?

No es nada... casi olvido la regla...

MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora