—¿Quién te quiere eliminar? —pregunté de repente.
Habían pasado unos cuantos días. El hambre de la súcubo aun no era saciada por completo, pero era mucho más manejable. Soportable debería decir.
Pero, la calidad de energía, debido a la costumbre, empezaba a decaer gravemente con el pasar de los días.
Necesitaba avanzar más con Kei, Horikita y Sakayanagi... y empezar a jalar de forma más desesperada los hilos de mis demás compañeras. Airi, Haruka, y muchas más...
Buscaba vivir una vida escolar normal.
Pero eso ya no era posible. Había sacrificado todo por sobrevivir.
Aunque, debido a mi falta de libertad, ya no vivía.
Tan solo existía.
—Mis superiores... mis compañeros... Esa vez que discutimos... no éramos nosotros mismos... —titubeó.
¿Oh? ¿Había sido manipulado por una especie de entidad superior? Eso, para mí, un ser humano, no es nada bueno.
La sensación de inferioridad, no es para nada gratificante.
—¿Quieren crear disputa entre nosotros?
—Sí. Buscan crear un conflicto y que ambos muriésemos tarde o temprano. Pero ambos logramos salir victoriosos de ese control tan pobre.
—¿Tienes idea de quien pudo haber hecho esa cosa tan inútil?
Era inútil. Buscar un conflicto entre las ideas de cada uno de nosotros, era algo que fácilmente se podía evitar. Solo tenía que caer en cuenta en la forma de hablar de Lilim y descubrir dicho control.
Era mucho más fácil matarme. Y así ella moriría.
—¡No! ¡Ni se te ocurra morir! —me amenazó con la mirada.
—Tranquila no tengo planeado hacer eso.
—Es mejor asegurarme... aun no puedo leer por completo tus intenciones... —se quejó haciendo un puchero— Aunque no me importa demasiado.
Era extraño. Parecía estar imitando a otra persona. Ella no era así.
—Debemos tener cuidado. Trata de mantener un ojo sobre los contadores que tenemos por el momento. Si perdemos a alguien, perdemos posibilidades de sobrevivir. —sugerí ignorando su mala actuación.
—Oído. —respondió como si fuese una especie de militar.
—¿Me quieres contar más sobre tu mundo? Eh... este... ¿Existe el infierno o el cielo?
—No, no, no, no te diré nada. Si te dijese la verdad de este mundo... ya no querrás vivir.
Al parecer en la vida de un ser humano no había final feliz. Solo un final desgarrador, que dejaba sin esperanzas al más creyente.
Demonios. Ángeles... es cierto... ¿y los ángeles?
—¿Los ángeles existen?
Ella se sobresaltó. Su rostro que usualmente mostraba su deseo, se opacó por completo. Sus ojos siempre brillantes se oscurecieron, y yo solo me sorprendí. Ella tenía miedo.
—Esos... no son como crees... Supuestamente son lo más bello de la creación... pero... su belleza es inexplicable, grotesca... hace mucho vi a uno de ellos... no... —se corrigió de inmediato— Vi a muchos, demasiados... su luz... su aura... su forma tan bizarra... Yo no quiero hablar de eso...
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Maldito
FanfictionMaldecido por un súcubo, Ayanokouji Kiyotaka buscará saciar el hambre de esta demonio. Sus planes serían modificados, y sus compañeras, se volverían algo más que herramientas.