Capítulo 7.

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Resultó ser que a Ryan nunca le paso nada. De hecho, estuvo haciendo su trabajo como debía ser y que nunca hubo nada fuera de lo normal. Y te estarás preguntando, ¿cómo es que el acosador logró entrar? Pues la respuesta es que ya estaba adentro. ¿Que como llegó al pasillo sin que el oficial Ryan lo haya visto? Había hackeado las cámaras de seguridad.

Lo que mantenía a todos en la intriga era que pudo haber entrado en el salón donde yo estaba y matarme o raptarme o lo que se le cruzara por esa retorcida mente. Pero no lo hizo.

No le tocó un pelo a nadie.

El lunes, al volver a clases, habían reforzado la seguridad al máximo y dijeron que la mantendrían así.

Mike se acercaba mucho a Cath que sin duda estaba interesado en ella y yo me alegraba por eso, en cuanto a Alex, es normal, no se me acerca y yo no me acerco a él.

Me siento incómoda por haberme mostrado tan vulnerable frente a él, y aunque estaba sumamente agradecida de que me sacara del lugar y que me cuidara momentáneamente, no era capaz de mirarlo a la cara después de eso.

Cath y yo teníamos una libreta en la mesa que ella había comprado para hacer nuestra propia investigación. Pensamos en buscar primero a aquellos que habían llegado al pueblo igual o tiempo después que yo y que ahora esté en esta Universidad, ya sea maestro o alumno.

—Creo que tenemos que empezar con los que vienen de la misma ciudad que tú. —opinó Cath.

—Es un pueblo pequeño, en el lapso de una semana tendremos los sospechosos suficientes para mostrarle a la policía.

—¿En serio consideras que Ryan te ayude?

Mire a Cath segura de mis palabras.

—Claro que lo hará.

Miramos las páginas que ya habíamos llenado de la libreta. Reflexioné en más detalles para agregarle a la información, concentrada jugando con el anillo en mi dedo.

Anillo que no le había devuelto a Alex esa noche. Lo miré en mi dedo, me quedaba muy grande, no importa en qué dedo lo pusiera.

—Cath.

—Hmm.

—No puedes decirle a nadie de esta libreta, ni siquiera a Mike.

Ella apartó la mirada de la misma y me miró muy sería.

—Tranquila amiga, esto se queda entre ambas.

—Bien. —tome el lápiz y en la portada de la libreta escribí “apuntes de química”.

—Qué original. —se burló ella.

—Cállate.

Apenas estaban entrando personas a la cafetería, ya que no tuvimos nuestra clase antes de la hora del almuerzo.

Estaba añadiendo en la libreta que el acosador era bueno con las computadoras cuando Catherine empezó a arreglar su cabello y retocar labial.

La miré una fracción de segundo le hablé:

—¿para qué haces eso? Siempre te ves bien.

Alce la mirada y la respuesta llegó sola cuando todo el grupo de Mike se sentaba junto al ventanal en su mesa habitual.

Luego entraron Alex y Mike acaparando toda la atención. Muchos los miraban embobados mientras ellos cruzaban el corredor sintiéndose los últimos refrescos de la fiesta.

Y vaya que lo parecían.

Su camino como siempre pasaba junto a nuestra mesa, pero esta vez al pasar Alex siguió y Mike se detuvo cerca de nosotras.

Los Ojos De La Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora