𝐑𝐀𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄𝐑𝐀𝐏𝐘 - 𝐒𝐡𝐢𝐠𝐚𝐫𝐚𝐤𝐢 𝐓𝐨𝐦𝐮𝐫𝐚

05.

𝐑𝐀𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄𝐑𝐀𝐏𝐘
♡: ʸ ᵃ ᵗ ˢ ᵘ ᵐ ⁱ ʳ ᵒ _ ᶜ ʰ ᵃ ⁿ

.ᴀɴɢᴜꜱᴛɪᴀ.

Mis lágrimas salían de mis ojos, mientras que me hacía una pequeña bolita debajo de aquel árbol. Agradecia que la lluvia disimulaba mis pequeñeñas pero abundantes lágrimas, pero aún así
se notaba mi tristeza a kilómetros.
La razón de eso, la razón por la cual estoy triste es porque mi madre volvió a enfermarse.
Siento una inmensa preocupación hacia ella, cada día está peor, solo dura un par de días sana y
luego vuelve a enfermarse. Estos días se están volviendo lentos y pesados de nuevo. Tener que trabajar y estudiar al mismo tiempo realmente me agota.

Si tan solo estuviera el aquí sería todo más fácil.

Pero no lo está, el solo se fue y nos abandono a mi madre y a mi. Mi tristeza se volvía levemente
en ira, solo por aquel desgraciado.
¿Cómo se atrevía a engañar a mamá? Culpa de el mamá perdió su lucidez y cada vez que
piensa en el se deprime. Realmente ella lo amaba, pero el no sentía lo mismo y la engaño.

Mamá no se merecía a aquel tipo, de verdad quisiera que no fuera mi padre. Realmente nunca
sentí que fuera mi padre, solo estaba allí porque si. El nunca me ha dado algún tipo de cariño, nunca me presto atención.

Yo era consciente de eso, así que tampoco
lo quería.
Me agarre la cabeza, frunci mi ceño y apreté mi mandíbula. Solte un pequeño grito de frustración. Mi mirada complemente estaba cegada por mis lágrimas, mi mente se encontraba revuelta y no pensaba con claridad.
"por tu culpa, ahora mamá está muy mal" "todo es tu maldita culpa" "ojalá mamá nunca te hubiera conocido "

Esos pensamientos resonaban en mi mente.
Realmente estoy cansada, estoy arta de
toda esta mierda. Tan solo trato de mostrarme feliz a los demás, quiero pensar en que todo esta bien y que yo puedo.

- ¡claro que no puedes! ¡solo eres una inútil, Amane, ni siquiera puedes cuidar de tu madre! -grite con rabia, olvidando de que alguien me observaba-

El chico de la capucha, parecía siempre estar allí, parecía que el siempre me acompañaría bajo este hermoso cielo gris. Realmente se lo agradecía, sobre todo ahora que me sentía sola. Su compañía simplemente me hace feliz.

Inahale profundamente y solte un suspiro entrecortado. Volví hacerme una pequeña bolita mientra trataba de poner mi mente en blanco.
No lo lograba, aun lloraba desconsoladamente mientras pensaba en la imagen de mamá internada.
Sentí uno pasos dirigirse a mi y luego una precensia enfrente mío. Alce mi mirada, deje de llorar al ver esos hermosos ojos carmín en frente mio. Me quedé impactada por ver aquellos ojos hermosamente terroríficos, sentí como atravesaban mi alma de solo verme

El chico de capucha estaba en frente mio, solo lograba ver sus ojos y un poco de su cabello, ya que llevaba una mascarilla. Estaba agachado a
mi altura, miraba fijamente a mis ojos llorones.
El solo me extendió una pequeña flor lila, yo
solo me quede viendo extrañada. Reaccione, sonreí mientras más lágrimas salían de mis ojos. Pero esta vez no eran lágrimas de tristeza.
Realmente me sentía feliz por aquella
pequeña flor, sentía que era un valioso tesoro. Dirigí mis manos, que temblaban a lo loco,
hacia la pequeña flor y la tome. Luego coloque mis manos junto junto la flor en mi pecho y me aferraba a ella.

- porfavor, no llores, odio verte triste. Solo vuelve a ver la lluvia con esos hermosos ojos, vuelvela a mirar como si fuera lo más hermosos del mundo. Si necesitas compañía yo estaré contigo, tranquilízate porfavor -

Yo asentí, mis lágrimas cesaban poco a poco mientras miraba al chico de capucha.

- muchas gracias -dije en un hilo de voz- de verdad necesitaba una pequeña flor, también un compañero para mirar la lluvia -dije mirando al suelo avergonzada-

El no dijo ninguna palabra, solo se sento en mi lado. Ambos la hermosa lluvia.
De verdad no se que seria de mi sin ellos, sin el chico de la capucha y la lluvia.

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La lluvia terminó, ambos nos volvimos a nuestras casas. No habíamos intercambiado ninguna
palabra después de eso. Sólo disfrutábamos la compañía del otro.
Deje mis zapatos en la puerta y busque un
pequeño florero. Lo llene de agua y deje a la flor descansando allí adentro. La puse en el centro de la mesa y me le quedé mirando por un buen rato.

Sin darme cuenta me había quedado dormida sobre la mesa.