𝙈𝙮 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙩𝙚 𝙑𝙖𝙡𝙚𝙣𝙩𝙞𝙣𝙚'𝙨 𝘿𝙖𝙮 💌 (Pausada)

♡ 05 ♡

Advertencia

Este capítulo contendrá sangre, descripciones gráficas de tortura y asesinato, maltrato, lenguaje vulgar, abuso sexual y menciones de acoso, se recomienda que si eres susceptible a estos temas por favor no lo leas <3

2009

“Estúpido, patético, insolente, retrasado, asqueroso”

Era lo que se decía así mismo Shuichi en los servicios mientras se miraba al espejo, estaba harto de sentirte un idiota en clase... ¿Pero por qué exactamente? Pues nuestro querido niño había respondido mal una pregunta que le había dicho la profesora ante un problema matemático cuando lo exponía en la pizarra, provocando que uno de sus compañeros llamado Souda dijera una burla sobre él haciendo que toda la clase se riera de su poco conocimiento, lo cual provocó que nuestro dulce chico de piel pálida se fuera corriendo al baño de hombres mientras lloraba.

Ya aceptaba odiarse en la escuela, aceptaba odiarse en su casa, aceptaba odiarse en todos los lados que fuera. A tan corta edad siempre se le pasó la idea para dejar de existir, que su cuerpo se apague y su alma se vaya libremente a otro mundo.

Mientras se miraba al espejo, mostró un fuerte desagrado cuando observó su rostro... Estaba bastante enojado y quería soltarlo todo, todavía no era capaz de lastimar a nadie, por lo que sacó su libreta de la escuela y empezó a golpear con fuerza el cristal del espejo muy furioso, viendo como cada parte del vidrio se dividía en pequeñas partes tras el tamaño grueso que poseía la libreta y la rapidez con la que cada los golpes.

—¡Muérete, muérete, muérete ya! — Pese a los gritos que le daba al reflejo, él sabía que se refería así mismo.

Tras un largo rato, notó que la campana de salida ya había tocado, observó un momento el espejo hecho trozos que había caído tanto en el lavabo como en el suelo. Dio un pequeño suspiro para luego guardar su libreta, guardarla en la mochila y salir rápidamente de las clases para no ser visto tras el vandalismo que acababa de cometer por su inmensa furia.

Notó que cada niño se estaba yendo con su familia, lo cual le entristecía ya que su padre solía llegar tarde por olvidar su existencia. Llegaba un punto en que tuvo que esperarle hasta las seis de la tarde lo cual no era raro, sabía él mismo cómo su era aborrecido por su figura paterna mientras que su madre no se atrevía a decir nunca nada.

Se sentó en el césped del patio para posteriormente suspirar y esperar, pero en ese momento escuchó el sonido de una máquina al lado suya, dirigiendo su mirada a su lado derecho notó que un chico de cabellos plateados con una pequeña gorra mientras parte de su boca y nariz eran tapadas por una bufanda ante el frío que sentía.

Verle le provocó cierta ternura, y sabía exactamente quién era. Se trataba de su compañero Kiibo, era un chico bastante antisocial como él pero no porque le molestaban, sino porque le daba absolutamente igual. Siempre hacía lo posible para no ser descubierto jugando videojuegos por su maestros gracias a las normas que daban las clases.

Sentía la necesidad de poder hablarle, pero le daba cierta inseguridad hacerlo por no saber cual sería su reacción. Apretando un poco sus puños daría un suspiro para luego acercarse un poco más a él.

—¿T-tú a quién esperas...?

Una vez dijo dicha pregunta, notó que el chic ml miró confundido pero a la vez sorprendido por hablarle, lo cual hizo pausar su videojuego un momento para observarle.