Capítulo once

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11 | No hay nadie aquí

Y si no estoy y algo te pasa
Recuerda que todo en la vida cambia
Y no importa lo que pase, te prometo no faltarte.
—Ocean, Karol G.

Martes, 23 de noviembre, 2021.

Es bueno que decidieras abrir los ojos ya —canturrea una voz junto a mí, una que no reconozco.

Intento moverme o decir algo, pero mi pierna pesa y mi garganta duele.

—Vamos a sacar el tubo de su garganta —añade otra voz pero no se dirige a mí. Parpadeo un par de veces hasta poder acostumbrarme a la intensa luz en la habitación.

Hay dos enfermeras en el lugar, una a cada lado de la cama.

Ambas se encargan de remover el incómodo plástico que cruza mi boca y mi garganta, eso solo me hace toser incontables veces.

Una de ellas me ofrece un vaso con agua, el que no tardo en aceptar. Siento que nada ha pasado por mi garganta en años.

—¿Por... Por qué estoy... Aquí? —Pronuncio con dificultad. No recuerdo nada.

—Tuviste un accidente. Cruzabas la calle y un auto se saltó la luz roja —explica la enfermera número uno.

—¿Puedes recordar tu nombre? —la otra, menos amable, pregunta.

—Soy Delaney. Delaney Crowell.

—¡Ves! —chilla la enfermera número uno— Te dije que no estaba muerta.

¿Habla de mí?

—¿Entonces qué pasa en las noticias?

—¿Por qué creerían que estoy muerta? —me atrevo a intervenir mientras la confusión pasa por todo mi ser.

—Oh, es hora de que te vea el doctor —la enfermera número dos evade el tema e inclina la cama en la que me encuentro.

—Hora de irnos —murmura la primera antes de que ambas se retiren.

Poco tiempo después un hombre alto, de cabello canoso y facciones suavizadas entra a la habitación. Usa una bata en la que dice Doctor Rowland.

—¡Es bueno tenerla de vuelta, señorita! —dedica una sonrisa sincera, de esas que te hacen saber que ama su trabajo.

—¿Por qué ellas dijeron que no estoy muerta? —casi susurro y es que no tengo la fuerza suficiente aún.

—Seguro Lindsay y Paula estuvieron por aquí —sacude su mano, restándole importancia a la conversación.

—Debemos realizarte un chequeo y algunos estudios para determinar tu estado. Será algo rápido y luego volveremos a reforzar tu sedante, así tu cuerpo podrá sanar de la manera correcta.

Asiento, sin entender totalmente las palabras de este señor... Me siento muy confundida y necesito respuestas

(...)

—Señorita Crowell, ¿Conoce cómo llegó hasta aquí? ¿Recuerda algo de lo que hizo? ¿Con quién estuvo?

Alguien retiró mis sedantes y ahora lo único que escucho es la voz de un policía, no puedo responder, mi cabeza se encuentra en otro lugar. Tuve un sueño rarísimo, ¿Eso puede suceder cuando estás inconsciente?

Los chicos estaban aquí, pero yo no era yo. Solo pensar en eso hace que mi cabeza quiera estallar

—Delaney, solo queremos ayudar ¿Hay alguien a quien podamos llamar?

Mi celular.

—¿Dónde está mi celular? Y mis padres... Grace... ¿Por qué están haciendo preguntas?

El culpable del errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora