Capítulo seis

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6| La nueva relación.

Que lo peor que puede pasar es que nos gustemos.
Que a lo mejor de alguna otra vida nos conocemos.
—Simplemente pasan, Morat y Cami.

Sábado, 29 de agosto, 2020.

Amo a Phoenix, no pongo eso en duda, pero ¿Lo amo lo suficiente para ignorar que pasó por encima de nuestra relación y no tuvo la confianza para tan siquiera avisarme que quería seguir sus sueños y eso haría? No lo creo.

No soy la persona más cariñosa ni más demostrativa que existe, pero he hecho todo lo posible para que entienda que todo es lateral. Que lo apoyo tanto como él a mí, que lo aprecio y que lo tengo presente en cada instante de mi vida.

¿Él puede decir lo mismo?

—¿Te encuentras bien? —Eva se sienta a mi lado, otorgándome una mirada triste— Sé que apesta que Phoenix no haya podido venir por la universidad.

Sí, por la "universidad"

—¿Podemos hablar de eso luego? Creo que me duele la cabeza, Evi —ella sabe que miento, siempre lo nota pero agradezco que esta vez finja que no lo hace.

—Voy a traerte un té y más tarde iremos a pasear a caballo, ¿Eso está bien para ti?

Cada verano venimos al viñedo de los abuelos de Caden, es simplemente magnífico y nos gusta estar aquí.

Espero este viaje con ansias por mucho tiempo, casi lo cancelamos cuando Athan y Olivier se pelearon porque el primero quería traer a su novia y el mayor de los Kast no lo permitiría porque es una tradición particular nuestra y no de forasteros, sí, esas fueron sus palabras.

Ahora Olivier y Athan no se hablan pero acordaron actuar de forma adecuada hasta que volvamos a la ciudad y puedan discutir todo lo que quieran.

El punto es que, casi lo cancelamos, todos pensamos que no vendríamos este año, incluido Phoenix. Eva hizo que se llegara a un acuerdo, me avisó y pidió que por favor le comentara a mi novio que los planes seguían.

Pero estoy enojada con él, así que me rehúso a escribirle un mensaje, mucho más si es para que venga a arruinar una fecha tan sagrada para mí.

No sé cuánto tiempo permanezco sentada en el jardín de la casa. Los demás están paseando por el viñedo, justo al lado de la gran residencia de los señores Solano. No quiero volver a casa y tener que encargarme de solucionar mi vida amorosa, lo que me hace preguntarme, ¿Quiero seguir con Phoenix después de un año y tres meses?

—Hola —Caden se sienta a mi lado, no está igual de serio como siempre, quizás hay un poco de empatía en su mirada—. Iremos a la piscina un rato, Eva dijo que tu cabeza dolía hace unas horas, ¿Nos acompañas o aún te sientes mal?

—Creo que esta vez voy a pasar —le dedico una sonrisa de boca cerrada—, no estoy de ánimo, quizás cocine algo para todos.

Me levanto de mi asiento y hasta ese momento noto las pocas ganas que tengo de hablar sobre cualquier cosa.

—Puedo ayudarte —se ofrece él, algo muy extraño de su parte. Caden cocina como los dioses, es la razón por la cual me entristece tener que rechazar su ofrecimiento, pero necesito estar sola.

—No tienes por qué, ve con los demás.

—Seguro —me volteo para alejarme de una vez por todas—. Sé muy bien que Phoenix no tenía nada que hacer en la universidad, Delaney.

¿Cómo lo sabe? Ellos ni siquiera se llevan tan bien.

»Solo digo que ante los demás puedes decir que tienes jaqueca, pero que sepas que no tengo ningún problema en escucharte hablar de eso que no te hace bien.

El culpable del errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora