V. Desespero y Enojo
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.La situación se había visto resumida en una sola palabra: Desespero.
La joven en el sofá seguía sangrando, incluso su respiración detonaba cambios bruscos, podía estar tranquila en algunos segundos, para despues pasar a un estado confuso donde parecía tener un ataque de pánico aún estando inconciente, lo que más raro era que una delgada capa de sudor frío bañaba su cuerpo ya un poco pálido.
—Ella no esta bien. Por la delgadez de sus muñecas pesa menos de 50 kg y al parecer tampoco ha dormido durante días. — comentó el hombre ya mayor alumbrando con una pequeña linterna los ojos de la joven —tiene irritación en los ojos y se le dificulta respirar.
Fue lo que el médico que había conseguido Rindou antes de llegar a la mansión había dicho. El menor de los Haitani no sabía sobre la situación hasta que había llegado, solo había recibido una llamada de Ran donde le pedía, mas bien le ordenaba, que trajera a un doctor a los que recurrirán si tenían heridas graves luego de algún enfrentamiento.
De ninguna manera podría estar en un hospital. Vamos, no es que como si cuando los vieran moribundos tirados en el piso por disparos los médicos de un hospital los recibieran, sería mas fácil entregar un cuerpo a la policía.
—¿Y como hay que tratarlo?— preguntó Kakucho desde el marco de la puerta.
—Una trasfucion de sangre sería lo ideal ¿Saben cuál es su tipo? —quiso saber el medico aquél anotanto algo en su cuaderno. Levanto la mirada al ver que nadie respondía. — ¿No saben cual es su tipo de sangre?
—No.
El hombre saco un poco de sangre, lo suficiente para que lo analizaran en el laboratorio del hospital.
—Si despierta debe tomar agua, estas pastillas para aumentar el hierro, solo dos, no más. —les explico dejando un frasco de pastillas. —Deben llevarla al hospital o a la ... Clínica, se le debe administrar un suero y una trasfucion de sangre lo más ante posible.
—Me estas jodiendo ¿no? ¿Como la llevaremos? — se opuso con irritación el Akashi.
—Como siempre lo hacen, solo ocupan el piso que tienen reservado para ustedes. — le respondió aquel hombre de edad avanzada.— La mujer aquí puede morir antes de esta noche por insuficiencia de Hierro, si no recibe una trasfucion de sangre. Tiene anemia y aún no se de que tipo.
—La llevaremos en este instante.— se metió Ran a la conversación, dando por hecho que ella tendría un tratamiento.— Solo dejenos un momento, consiga su tipo de sangre hasta que llegemos... la llevaré a la clínica.— ordenó mirándolo serio.
El doctor se retiro y los hombres se quedaron solos en aquella sala donde reposaba la joven.
—¿Cómo demonios termino en este estado? — les preguntó Ran mientras levantaba a la pelirosa con delicadeza, su sangrado nasal podría volver.— Esta demaciado liviana y pálida ¿Mikey sabe de esto?
—No lo sabé, o eso creo. Nadie bajo aparte de kakucho. — le contestó sanzu mientras se peinaba su cabello hacia atrás. —Salía de la cocina cuándo me la encontré, no se más. —explicó.
—No te creó esa basura —el menor de los Haitani le contesto— Seguro que le diste alguna de tus mierdas. —gruño.
—¿Ahora que se esta muriendo sales con esto idiota? ... Hah, ya recuerdo ¿No te la podrás tirar si esta muerta, verdad?— le cuestionó el pelirosa con una sonrisa maniática. —Pobresito, el bebé no tendra su premio de consolación. —se rió.
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¿Esᴛᴀ Bɪᴇɴ? ➤𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝑹𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔. ❝𝗛𝗔𝗥𝗘𝗠 ❞
RandomSi solo llegaran a enterarse. Ustedes... ¿Me seguirán queriendo de la misma forma? O ¿Me mirarán como si estuviera sucia? No los culparia. Yo, ya me veo de esa forma, cada día en el espejo. Recordando. Pero... por favor no lo hagan. No podria sopor...