IV. No puede ser cierto.
...
Ya había pasado una semana.
Una semana en la que Sakura no había vuelto a salir de aquella habitación, así que su comida la traía la mujer que había visto la otra vez, 'Maya'. No parecía contenta con atenderla y siempre le dirigía miradas de despreció y odio... no sabía que había hecho pero se había ganado una enemiga en menos de diez minutos.
Le parecía absurdo. Pero no podía hacer nada.
También desde aquella vez, Sakura no a dejado de tener pesadillas que la atormentan en sus sueños, todas las noches. Siempre es lo mismo, nada cambia, y nada se puede cambiar, aunque lo quiera. No tiene tanta suerte como para poder hacerlo.
Solo quisiera olvidar.
El constante golpeteo en la puerta la sacó de su ensoñación para nada sana, bajo de la cama y caminó a la única entrada de su habitación, vio el reloj de la mesita, ya era medio día, al parecer ya le traían su comida.
Aunque no quisiera probar el más mínimo bocado, no después de recordar.
—Por fin, pensé que tendría que estar aquí horas.— le dijo de manera tosca y seca Maya, espujo la bolsa con su almuerzo dentro hacia el pecho de la pelirosa, impaciente por irse de ese lugar.— Solo atenderte como si fuera una sirvienta me repugna. En todo caso debería ser al revés. —contraataco nuevamente.
La pelirosa no dijo nada, sabía que ella la odiaba, pero no sabía porque. ¿Que había hecho mal? ¿Era culpa de ella... otra vez?. Mikey-sama no había vuelto a aparecer desde hace dos días, al menos con el serca sentia que podría estar bien, había estado con ella cuándo sus pesadillas comenzaron, aunque el albino no hizo nada en aquél momento, con su sola presencia era más que suficiente para ella, se conformaba con aquél gesto.
Pero no lo había visto en dos días.
— Gracias.. —murmuró con voz suave, la pelinegra levanto la mirada de sus uñas para encontrarse con sus ojos. Las pequeñas ojeras en formación, su expresión llena de pereza, aburrimiento, cansancio. Sakura dudo, no sabiendo si preguntar por el que estaba en sus pensamientos. — ... Yo ¿Sabes si Mikey-sama vendra hoy?— se atrevió a preguntar.
— No lo he visto hasta ahora, pero no creó que tú seas tan importante como para venir a visitarte, deberías bajar de las nubes.—destilo veneno con una sonrisa descarada la mujer, ignorando su aspecto.— No solo porque obtuviste el favor de dos de ellos significa qué tengas el valor suficiente para estar pidiendo por el mismiso líder. No se porque demonios sigues aquí, es un completo martirio para mí ver tu feo rostro todos los días. —la ojicafe estaba enfadada, indignada de que Sanzu y los Haitani la tratarán como un perro más, todos los días a la misma hora tenía que llevar la comida hacia la habitación de la chica y para rematar como si fuera una sirvienta, ellos le dejaban dinero.
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¿Esᴛᴀ Bɪᴇɴ? ➤𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝑹𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔. ❝𝗛𝗔𝗥𝗘𝗠 ❞
RandomSi solo llegaran a enterarse. Ustedes... ¿Me seguirán queriendo de la misma forma? O ¿Me mirarán como si estuviera sucia? No los culparia. Yo, ya me veo de esa forma, cada día en el espejo. Recordando. Pero... por favor no lo hagan. No podria sopor...