Trilogía Infinito (EXTRAS)

Extra 7: San Valentín - parte I

Aclaración: Este extra si existió en la línea de tiempo de Te amo hasta el infinito, mientras Aarón y Julietha aún llevaban una relación estable.

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- Aarón -
San Valentín

14 de Febrero del 2022.

«Besé su frente quitando los mechones de cabello desperdigados, se removió un poco entre mis brazos, escalando mi cuerpo como si fuese una montaña y enterando su rostro en el hueco de mi cuello.

—Pelirroja.—jadeé apretando con fuerza sus caderas cuando trazó un camino de besos por mi cuello, al parecer ya estaba más que despierta.—Deja de hacer eso si quieres dormir un rato más.

A pesar de mi advertencia continuó con el ataque de sus labios sobre mi piel y no reprimí que mi manos con rapidez subieran el bordillo de su camiseta, que en realidad era mía, y quedó remangada en su cintura, sus besos no se detuvieron hasta que sentí su lengua pidiendo permiso para acariciar con la mía.

Mi ángel no era tan inocente como cuando la conocí, nunca lo fue aunque su rostro siguiese demostrando lo contrario. Hice que rodara en la cama, así quedaba yo sobre ella, quitándole por completo el control.

—Amaneciste hambrienta, pelirroja.—soporté mi peso con un brazo, ella me rodeo con los suyos, despeinó un poco mi cabello y se removió inquieta debajo de mí al sentir la dureza que se marcaba en mi pantalón de chandal.

—Fue tu culpa, tú me volviste así de insaciable, demonio,—y no me arrepentía—ahora dale a tu novia lo que quiere.—murmuró desafiándome con sus orbes celestes que me reflejaban su hambre y deseo por devorarnos solo como nosotros sabíamos hacerlo.

Volví a apoderarme de sus labios y a descender por todo el sur de su cuerpo, quitándole la camiseta, quedando casi expuesta ante mi vista si no fuese por sus bragas que aún la cubrían, dejé besos húmedos por sus caderas y piernas, sentí el temblor en ellas y las estabilicé con mis manos sin ser demasiado brusco, las separé solamente para seguir torturándola en lugares específicos, no llegué a su centro a pesar de saber que era su punto más necesitado.

Mordió su labio inferior para no soltar sus gemidos cuando me deshice de sus bragas y pude sentir la humedad en su centro con mis dedos al tocarla.

—No me dejes a medias o lo pagarás muy caro, arquitecto, te lo prometo.—soltó entre jadeos al adentrar dos de mis dedos en ella e intercalar la intensidad de mis movimientos, mi pulgar la acariciaba y mi boca ahogaba sus gemidos.

—Hoy no jugaría contigo de esa manera, ángel,—besé su barbilla al verla sujetarse con fuerza de mis hombros y mover sus caderas para acompasarse al ritmo de mis dedos.—no hoy que hace cinco meses disfruté de poder llamarte mi novia por primera vez.

Bendita la suerte que tuvimos de celebrar un mes más de novios y San Valentin el mismo día.

—No hagas eso.—suplicó conteniéndose como pudo y abriendo sus ojos luego de haberlos cerrado con fuerza. Negó sin poder evitar que sus labios formasen una sonrisa.

—¿Él que?—cuestioné sonriendo como idiota.

—No te pongas romántico en estos momentos, Aarón.—pidió—No te puedo tomar en serio mientras me vuelves tuya.—soltó sin una pizca de vergüenza.