Seis

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Jihyo miró a la mayor quien estaba recostada en el sofá, esa noche Mina la había llamado para decirle que Sana no atendía sus llamadas y que no estaba en su departamento. En cuanto finalizó la llamada con la menpr, llamó al hombre de seguridad de la empresa, quien le dijo que nunca había visto salir a Minatozaki Sana de allí, por lo que condujo hasta la empresa.

La alfa frunció el ceño al ver botellas allí y el aroma de la omega en celo lo llegó a agobiar por un momento. Se acercó a la rubia, moviéndola un poco, pero parecía que esta no estaba dispuesta a despertarse.

— Minatozaki Sana —Soltó, haciendo que la omega abriera sus ojos y sonriera hacia el alfa— No debería estar aquí —Le extendió su mano, haciendo que Sana sonriera y tomara su mano.

— Tú tampoco Hyo~ —Jihyo negó con su cabeza y guió a la japonesa a la salida de su estudio, haciendo que la nipona riera en el proceso.

Ambas habían salido de la empresa y la alfa intentaba que la mayor se adentrará al auto, en cuanto lo logró se adentró y comenzó a conducir hasta el departamento de la nipona.

— Hyo~ —Murmuró la omega, haciendo que Jihyo sólo intentara ignorarla— Yo te escogí Hyo —Rió— ¿Acaso tú no me escoges a mi? —Jihyo frunció el ceño.

— Estás muy ebria unnie —Ignoró las palabras de la japonesa, y sólo continuó conduciendo.

En cuanto llegaron al departamento de la rubia, ésta ya se había dormido en el asiento de co-piloto, haciendo que Jihyo bufara y apretara su mandíbula. Miró a su alrededor esperando que nadie la viera, para luego tomar a Sana en sus brazos y sacarla del auto. Se adentró al edificio y tomó las llaves del pantalón de la mayor, para luego adentrarse al departamento.

Jihyo apretó sus labios y comenzó a buscar la habitación de la japonesa, para luego de hacerlo, recostar a la omega en su cama y cubrirla con una manta. Salió de allí y tomó aire, para luego dejarle una nota a Sana diciendo que se tomaría el día de mañana. No le importaba si aceptaba eso o no, ella necesitaba aclarar un par de cosas en su cabeza.

Salió del departamento de la nipona, para luego volver a su auto y apretar el volante con sus manos. Encendió el motor y decidió conducir hasta Busan, necesitaba alejarse un poco y qué mejor que Busan.  

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