Siete

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Sana se levantó de su cama con un mareo insoportable y un dolor de cabeza que siquiera le permitía encender las luces de su casa. Se adentró al baño para tomar un largo baño, luego tomó sus supresores y una aspirina. Todo daba vueltas y no estaba segura de como había llegado a su departamento. Se acercó a la cocina y frunció el ceño al ver una nota sobre la mesa.

— Mierda —Soltó. Entendiendo que Jihyo era quien la había traído a su departamento.

No podía sentirse más avergonzada y apenada por lo que sea haya visto la menor. Sabía que ese era el trabajo de Jihyo, pero aún así le causaba eso. Tomó su celular y maldijo en voz baja cuando notó que su celular no contaba con batería, por lo que se acercó en busca de su cargador a su habitación y bufó al ver que su celular al parecer no iba a encender hasta que estuviera completo.

La omega se recostó nuevamente en su cama y miró el techo, no era normal que se sintiera así de estúpida y mucho menos porque alguien la viera así.

Jihyo suspiró cansada cuando su celular sonó, y frunció el ceño al ver que quien llamaba era Myoui Mina. No tenía muchos ánimos de atender esa llamada, pero sabía que debía hacerlo si no quería que la menor continuara insistiendo, había notado eso con Sana cuando la omega más joven la llamaba y esta la ignoraba.

— ¿Sí?

— Lamento lo de anoche —Frunció el ceño al oír la voz de Sana, para luego sólo sonreír— Y... siquiera sé porqué siento que debo disculparme, pero por favor, acepta mis disculpas o mi animal interno continuará llorando y lo detesto tanto.

— Está bien unnie, no te preocupes por eso.

— Gracias Ji —Jihyo asintió y rió bajo— Yo... ¿puedo saber si estás en Busan?.

— Lo estoy, pero no te preocupes por eso, esta noche ya volveré hacia Seúl para mañana volver a trabajar.

— No es por eso...

— ¿Entonces? —Frunció el ceño. Sana suspiró y se sonrojó.

— Estamos yendo hacia Busan con Mina y Nayeon, ambas... ambas dicen que no me calmaré hasta que te vea y me disculpe en persona. Lamento esto...

.


.

Sana estaba parada frente a Jihyo, haciendo que la menor sólo la mirará. Mina y Nayeon se habían alejado rumbo a la casa de los padres de Nayeon. La omega se sentía un poco ansiosa por todo.

— Lo siento Jihyo —Habló bajo la nipona, haciendo que Jihyo sólo asintiera.

— Está bien unnie, deja de preocuparte por eso —Sana negó con su cabeza

— No por eso, sino porque... —Se sonrojó una vez más, bajando su cabeza, evitando la mirada de la menor— Lamento hacerte pasar por esto, recuerdo lo que dije en el auto anoche... pero no...

— ¿Recuerdas que me preguntaste si yo no te escogía como tu me escogiste a mi? —Sana asintió, Jihyo sentía que esa era una imagen realmente tierna de alguien que usualmente estaba con la guardia alta.— ¿Por qué me escogiste?

— No lo sé —Murmuró— Sentí que... yo me sentí bien y, maldita sea, sólo fue una imagen tuya pero sentí que debía escogerte, y no me importo que fueras una alfa, no me importo tener que esperar uno o dos días para que tu celo pase, como tampoco me importo pensar que... que tu sintieras mi aroma cuando entraba en celo —Miró a la más baja— Yo... yo te quiero como mi alfa, no como mi guardaespaldas.


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