-El comienzo

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Altagracia no podía comprender las palabras que leía en esa carta. Su cabeza daba vueltas y las lágrimas no podían dejar de salir.
Lo siento, no podemos seguir haciendo esto. Tus padres siempre tuvieron razón, eres alguien inalcanzable para mí, y es por eso que te dejo en libertad. No pertenezco a tu mundo y nunca lo haré. A pesar de todo te convertiste en una obsesión, un capricho y creo que nunca te amé de verdad solo quería demostrar que podía tenerte. Pero ya estoy cansado; de ti, de tus padres y todo lo que el apellido Sandoval conlleva. Ojalá tu y yo nunca nos hubiésemos conocido.

La joven Altagracia arruga el papel y no lanza a la chimenea con odio y dolor, el fuego termina de acabar con las Palabras de José Luis, aquel hombre que juraba amarla, que le decía estar dispuesto a enfrentar a su padre por su amor. Todo aquello quedó en el olvido.

-Porque me haces esto José Luis-exclama sollozando- ..porque justo ahora que te necesito más.
Altagracia se lleva la mano a su vientre y el dolor se acumula en su pecho. Siente como todo su mundo se viene abajo. Sus padres sabían de su embarazo y se negaban a que trajera ese bebé al mundo. Era una adolescente y Fernando Sandoval su padre, no iba a permitir que su hija fuera el que hablar de la sociedad con la que se codeaban.
A pesar del abandono de José Luis, ella no dejaría que le arrebataran lo único bueno que habia salido de aquella fatídica relación no le quitaría la vida a un ser que no tenía la.culpa de nada. Su padre comprendió a pesar de todo, era su hija. Y la amaba. El solo quería lo mejor para Altagracia por lo que le propuso a Altagracia casarse con Braulio Padilla un joven proveniente de una acaudalada familia de abogados, tenía todo lo que su padre quería para su hija...

-Te casaras con Braulio y es mi última palabra. -demando furioso si padre.

-Papá, por favor no puedes obligarme. Yo no lo quiero. A pesar de todos sus intentos de unirnos yo tengo ningún afecto por el.

Su padre levanta la mano y abofetea el rostro de su hija. Andrea, la madre de Altagracia, se levanta del sofá.

-¡Fernando por favor! -ella sujeta en brazos a Altagracia quién se desmorona a llorar.

-Eres una tonta Altagracia, te di todo lo mejor y es así como nos pagas, te enredaste con un muerto de hambre que solo te embarazo y se largó.

Las palabras de su padre le dolían, eran como dagas clavándose en su corazón.

-Braulio siempre fue un buen partido, y pesar de todo el quiere casarse contigo y hacerse responsable de ese hijo que llevas en el vientre. Ningún hombre haría eso, que no te das cuenta. Te estoy comprando tu chaleco salvavidas. ¿Tienes tan solo una idea del escándalo que esto será?

-¿Es lo único.que te importa? -pregunta con un nudo en su garganta- el qué dirán...

-Escucha a tu padre hija, es lo mejor. Piensa en tu futuro y en el del bebé que viene en camino. -dice más calmada mi madre.

Con el corazón hecho pedazos, Altagracia levanta el rostro y se limpia sus lágrimas. Estaba cansada de llorar, tenía 1 mes de embarazo y en cuestión de tiempo se empezaría a notar. No permitiría que ese bebé pagará las consecuencias de sus actos alfin y al cabo era el resultado del amor que le había tenido a ese hombre. Razonó las últimas palabras de su madre y viendo a su padre a la cara con seguridad le respondió.

-Lo haré.






























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Espero que les haya gustado el inicio de la historia. Si es así háganmelo saber en sus comentarios y pronto subiré el siguiente capítulo. 👋😘

La doña || Sombras del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora