good guys

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Que fuese sábado en la mañana no le salvaba a Minho de asistir a la misa diaria, a pesar de su (no muy premeditada) queja su madre lo obligó a levantarse a las cinco de la mañana para poder asistir a la ceremonia de las seis, aún cuando estaba casi cayéndose del sueño, su nana no le dejó quedarse en casa.

El chico se había quedado hasta muy tarde estudiando para su próximo parcial de filosofía, el cual Christopher había dicho, no tan amablemente, que costaba el 40% de la nota final, y ahora simplemente no tenía ganas ni de respirar.

Suspiró al escuchar la misma historia sobre castidad que contaba el sacerdote, ¿era acaso que no tenía más anécdotas que relatar? Minho frunció el ceño ante su propio pensamiento. Nunca había cuestionado nada de lo que aquel hombre decía, pero esa mañana estaba especialmente irritable.

—... Aún recuerdo su rostro, blanco como la leche, y tan puro como el de un ángel.— la pasión con la que hablaba aquel señor era estúpida— ¡Pero recuerden hermanos míos! Que satanás se disfraza y llega a ustedes luciendo como lo más hermoso pero con los pensamientos más impuros ¡y debéis cuidaros!— Minho rodó los ojos. Ahora venía probablemente la peor parte— No se atrevan a caer en sus garras ¡porque el peor pecado que puede cometer el hombre es dejarse llevar por el placer! El sexo es malo hermanos, su única función es la procreación ¡y aún así, dice la biblia, la mujer que dé a luz será impura! Si da a luz un varón será impura por siete días, si da a luz a una hembra lo será por dos semanas.

Minho miró a su madre la cual mantenía los ojos fijos al sacerdote y asentía ante sus palabras, ¿no le molestaba la manera en que las culpaban a ellas por básicamente todo? Su abuela tenía los ojos cerrados y una gran sonrisa en su rostro, miró a su alrededor, todos en la iglesia parecían felices de alguna manera. ¿Por qué él no se sentía feliz?

— Cariño, otra vez estabas distraído— la dulce voz de su madre lo sacó de sus pensamientos, la misa había terminado y él ni siquiera se había percatado.

— Mamá, estuve hasta las dos de la mañana despierto estudiando, realmente tengo sueño, ¿podemos irnos ya a casa?

— ¡Minho! ¿Qué es esa manera de hablar en la casa del señor?— su abuela, nuevamente, se integró en la conversación— Jisoo, hija, te dije que no era buena idea que mi nieto estudiara esa carrera tan rara, ¡estoy segura que su desvío es a causa de eso! Debió ser sacerdote cómo yo dicté ¡pero nadie la hace caso a esta pobre vieja!

Minho frunció el ceño, probablemente decirle a su abuela que estaba estudiando filosofía y letras no fue la mejor idea.

— Señora no se preocupe tanto, estoy seguro que Minho hyung es un muchacho ejemplar— una voz familiar sonó en su espalda y vió a su abuela sonreír ante el chico que se encontraba detrás de él.

— ¡Jisung! Mi niño, que bueno que te apareces.

Minho sonrió ante el nombre pero aún no era capaz de voltear para ver al niño, incluso sin verlo su corazón comenzó a latir un poco más fuerte.

Pronto no fue necesario que el mayor de los chicos se girara porque antes de poder continuar hablando efusivamente con su abuela, Jisung se había puesto a su lado, los ojos del menor se posaron por dos segundos en él para después seguir comentando cosas banales a la nana de su amigo.

— Jisunggie, deberías venir a almorzar a la casa— la voz de su madre se escuchó nuevamente— Sé que aún es muy temprano pero Minnie me había contado que hoy iban a salir, así que pueden pasar la mañana juntos y después de almorzar pueden irse.

El menor asintió emocionado y fue prontamente a contarle a sus padres su plan del día, mientras tanto Minho mantenía un sonrojo incontrolable en sus mejillas, el pensar que Jisung iba a su casa y probablemente iba a entrar a su cuarto lo ponía nervioso. Y eso que había conocido al chico nada más un par de días atrás.

• ────── † ────── •

— Mamá, hannie y yo estaremos en mi habitación, por favor tocas la puerta antes de entrar ¿si?— Minho le sonrió a su madre y la mujer asintió.

— Pórtense bien niños.

— Claro que lo haremos, señora Jisoo— la inocente voz del menor sonó por la sala— Somos buenos chicos.

Minho recolectó todo el valor que pudo para tomar el brazo de su menor y llevarlo escaleras arriba hasta su habitación, donde apenas entraron cerró la puerta. El mayor se sentó en su cama y Jisung imitó su acción, tenían mucha distancia y ambos estaban sumidos en sus propios pensamientos. Minho no era capaz de pronunciar una palabra, su corazón estaba acelerado y su mente no podía formular una frase coherente, estaba seguro que era todo debido al sueño pero también estaba seguro de que todo comenzó a afectarle justo cuando se encontró con Jisung en la iglesia.

— ¿Puedo poner algo de música?— la voz del menor por fin lo sacó de su ensueño y no dudo en asentir, Jisung pulsó su celular y un ritmo empezó a sonar de el— No sé si te guste pero es mi banda favorita, se llama 5 seconds of summer, son australianos, realmente no sé que dicen pero suena muy genial.

My girlfriends bitchin' cause I always sleeping. She's always screaming when she's calling a friend. She's kinda hot though*

Minho había tomado clases de inglés por varios años y entendía perfectamente la canción, por lo cual se sorprendió al escuchar la mala palabra pero le pareció adorable la forma en la que Jisung la cantó sin ningún problema y además con una muy mala pronunciación. Rió ante el intento del menor por imitar al chico de la guitarra.

They say we're losers and we're alright with that. We are the leaders of the not coming back's. But we're alright though*

Y así pasó el resto de la mañana, Jisung mostrándole canciones de sus grupos favoritos a Minho y el ultimo disfrutando de ellas, pero sobre todo, del hermoso chico en frente suyo que cantaba y movía su cabeza al ritmo de la música. El cabello del menor caía por su frente, sus ojos están cerrados y su boca entre abierta balbuceando las últimas notas de una canción de un grupo llamado TREASURE.

Minho no pudo evitar pensar en lo hermoso que se veía y en cual sería el sabor de sus labios. El chico había fantaseado con besar a Jisung y ahora sus mejillas estaban completamente rojas.

Esto nunca había sucedido.

Y eso era cierto, era la primera vez que experimentaba algún tipo de situación o pensamiento homosexual y sabía, muy en el fondo, que eso no estaba del todo correcto.

Antes de que su madre los pudiese llamar a comer se encerró en el baño dejando a un Jisung con el ceño fruncido, su corazón latía con fuerza contra su pecho y admitió tener miedo, parecía que se saldría de su lugar.

— ¿Felix?— la agitada voz de Minho golpeó el teléfono— Felix necesito ayuda.

— Minho ¿pasa algo? ¿Estás bien? Te noto muy ansioso— la gruesa voz de su amigo lo hizo estremecerse y se pensó dos veces antes de poder soltar la frase que tanto le había costado armar.

— ¿Como te diste cuenta que eras gay?

del poliamor y otros pecados del catolicismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora