beside you

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Sometimes when you crying you have to ask yourselfdijo Minho con un perfecto inglés y las manos en los bolsillos de su pantalón mientras se balanceaba en un solo pie— am i dating a boy? or an onion?

— Shut up, idiot.— respondió esta vez el australiano ya completamente fastidiado del mismo tema.

Felix no sabía si reír o llorar ante las ocurrencias de su amigo. Si bien había peleado fuertemente con su novio, no podía permitirse sufrir en paz a causa del chico que decía llamarse su mejor amigo y no le dejaba subirse a su propio auto. Ahora se encontraban ambos chicos parados frente a la universidad del menor.

— Quítate estorbo, si vuelvo a llegar tarde por tu culpa te asesino, ya cumplí mi labor de traerte ahora permiso.

— No me cambies de tema Lix, estábamos hablando de Changbin, si antes no lo odiaba creeme que ahora si, dos años de relación ¿y no aprende a superar sus malditos celos?

Felix giró los ojos y se cruzó de brazos— Bueno no puedes culparlo, ya sabes que es un poco inseguro y es que Jeongin lo intimida.

— ¡A la mierda con Jeongin! Ni siquiera lo conozco pero puedo estar seguro que el chico no es la gran cosa como para que ande "intimidando" al idiota de tu novio.— Minho se metió un dulce en la boca y dejó que el sabor recorriera todo su paladar mientras meditaba sus próximas palabras.

— Wow Lee Minho diciendo groserías, esto se ve dos veces al año ¿acaso ya es hanukkah?

— Muy gracioso Lee, pero en serio, ¿entonces simplemente por qué tu amigo lo intimida tiene que reclamarte de esa manera? Y además tiene el descaro de hacerte llorar, como si tú tuvieses la culpa.

Era jueves en la mañana, las clases de ambos comenzaban a las tres de la tarde por lo cual (como siempre) pasaron todo el día en casa del mayor, hablando de cualquier frivolidad y se divertían escuchando la música que más amaban, hasta que Changbin decidió llamar a Felix, cosa que terminó en un llanto casi incontrolable. Felix y Minho son amigos desde que tienen memoria, y si por Lee (menor) fuese daba su vida con tal de salvar la de su mejor amigo, lo cual también implicaba odiar a cualquiera que le hiciese daño a su pequeño pecoso.

— Oh no, conozco esa mirada— dijo el menor después de señalar acusatoriamente a Felix— Estás a punto de justificar al estúpido de Seo, y ni creas que lo permitiré, not in front of my salad.

— Oh c'mon! Es solo que lo entiendo un poquito ¿sabes? Él en ser...—

— ¡Él nada!— interrumpió Lee— Seguro ese tal Yang Jeongin es hetero o quien sabe, la cosa aquí es que Seo Changbin puede meterse sus estúpidos celos por el culo.

— Señorito Lee, me sorprende escuchar ese tipo de vocabulario viniendo de alguien tan decente como usted.

Minho se quedó congelado al escuchar aquella voz, la voz que había estado atormentando sus sueños y pensamientos los últimos días, y ahora simplemente se mordía el labio esperando poder tener fuerzas para reaccionar.

— Si no entras pronto a clases Hyunsuk nos va a regañar a ambos ¿no crees? Aunque esté ausente un tiempo sigue siendo parte de nuestra institución y lo respetamos mucho.

Felix miró detenidamente al muchacho frente a él, frunció el ceño preguntándose si era alguno de los compañeros que frecuentaban molestar a Minho.

— Señor Bang, claramente no pretendo revelarme ante las reglas del señor Hyunsuk, por eso mismo usted y yo deberíamos irnos inmediatamente a clases.

La formalidad con la que aquellos dos hablaban era realmente irónica y solo pretendía burlarse el uno del otro, pero el pecoso no entendía eso y simplemente estaba parado ahí observando como comentaban cuanto apreciaban al coordinador Choi Hyunsuk, y que a raíz de su retiro indefinido lo extrañaban mucho.

— Minho me tengo que ir— el pecoso por fin se había atrevido a hablar y después de hacer una reverencia ante Chan se subió a su auto no sin antes voltearse y decir con una sonrisa— No sé quién será ese tal Hyunsuk pero se nota que lo quieren mucho.

Chan sonrió de lado y tomó la mano de Lee logrando que este se sonrojara completamente. Antes de comenzar a caminar logró susurrarle con indecencia.

— Es hora de romper unas cuantas reglas, señorito Lee, y que mejor manera de hacerlo que a su lado.

del poliamor y otros pecados del catolicismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora