; curiosidad

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Exactamente son las tres en punto de la mañana, el exterior es una mierda fría y dentro de la casa las situaciones no cambian en absoluto. A esa altura de la noche se supone que debería estar dormido, pero esa no era la realidad, y él mismo estaba muy sorprendido por lo que constantemente se repite su cabeza. No sabe exactamente cuánto tiempo ha permanecido en silencio e inmóvil, pero asume que el tiempo es el menor de los problemas.

Tenía que haber sido más inteligente, no haberse dejado envolver por sus vagas ilusiones y ver la realidad que ahora se hizo tan obvia. Él, después de llegar a casa, y gracias a la indiferencia y el trato hacia su persona, llegó a la conclusión de que había actuado de manera incorrecta.

Le costó aceptarlo, por supuesto que cuesta porque es una persona orgullosa, que asume sus errores, era una persona cuyo instinto nunca le había fallado hasta ese momento.

No debería haber besado a Baji, no sin su consentimiento.

Mikey puso diferentes escenarios en su cabeza antes de tener el coraje de buscar al chico y disculparse por su audacia, aunque, no lo siente tanto. De todos modos, se animó a salir de su habitación e ir a la habitación de  Baji, pero cuando no lo encontró se sorprendió. No esperaba encontrarlo besando a su supuesto mejor amigo en la sala.

Que conveniente.

El chico se limita a permanecer inmóvil observando los actos de los demás, las situaciones no duelen, afectan y no le importa en absoluto, porque en ese momento Baji no representa nada más que un capricho, en cierto modo, fracasó, y eso solo se suma a su poca capacidad de relacionarse con el chico, pero no se queja ya que de esa manera era más tentador e interesante.

Demonios, era tan jodidamente interesante que lo encontró enfermo. Baji y Chifuyu se envolvían en una escena tan sucia que no pudo evitar viciarse. El aire totalmente destructivo que los rodeaba llamó su atención de una manera peligrosa, pero también sintió miedo.

Mikey no era como ellos.

— La curiosidad mató al gato.— La voz lo sobresaltó.

Mikey se encogió de hombros y retiró lentamente los ojos de la escena antes de girarse con cautela para ver a su ahora compañero. Mitsuya lo miró con un gesto que Mikey definiría burlesco, pero sin darle mucha importancia, miró a la pareja de nuevo.

— El gato murió sabiendo.— Respondió al cabo de un rato sin sorprenderse por la presencia de Mitsuya en la realidad.

— Querido Manjiro ¿acaso eres mas estupido de lo que te ves? — Mitsuya sonrió inocentemente mientras levantaba sus manos, los ojos de Mikey miraron fijamente lo que estaba señalando.— Los muertos no hablan.

— ¿Es eso una especie de amenaza? — Mikey dejó escapar un pequeño resoplido e hizo una mueca en su rostro.— No puedes intimidarme tan fácilmente, Mitsuya. Baji me gusta y no voy a renunciar.

— Imagina cuánta mierda podrías evitar si supieras las verdaderas intenciones de alguien desde el principio.– Mitsuya bajo sus hombros en el momento en que vio a Chifuyu tomar el rostro de Baji y besarle nuevamente.— Además, ¿qué es eso de renunciar? Lo dices como si Baji te hubiera pertenecido en algún momento. Creo que no es bueno que confundas las cosas.  Ya Baji te ha golpeado, tómalo como un consejo.

— ¿Porque me lo dices? ¿Me estas ayudando? – Mikey intenta sorprenderse y decide que quitar sus ojos de la imagen explícita es una buena idea por el momento.

— ¿Yo? ¿Ayudarte? – Cuando Mitsuya se ríe así, Mikey se siente incómodo. El chico tiene miedo después de todo.— No tengo ninguna intención en ayudar a un tipo como tú. Deberías volver a tu habitación de Mikey.

Superficial | BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora