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"Cómo odio reposar." Se quejó Horacio mientras caminaba, algo rengo, hasta su sillón donde se dejó caer contra la suave superficie.

Volkov fue detrás de él, cerrando la puerta de su casa y dejando las llaves del auto en un cuenco en la entrada. Suspiró ante la queja del menor. "Pues, sí, te dicen eso los médicos cuando sufres un tiro en la pierna." Dijo con un tono firme el ruso. Fue hacia la cocina, evaluando qué podía hacer de cenar o si era mejor pedir algo de algún lugar.

Horacio bufó "Fue un roce, nada más." Se quejó, cruzándose de brazos y con un puchero. Volkov lo encontraría adorable si no fuera que H estaba siendo irrazonable. Y el ruso le tiene buen respeto a la lógica, después de mucho, fue su fiel compañera cuando su corazón era de hielo.

Tomó dos vasos, los sirvió uno con agua y el otro con una gaseosa que Volkov no entendía cómo le podía agradar a Horacio. Con ambos vasos y sus respectivas bebidas, fue hacia el sillón junto a Horacio. Le entregó aquél de la gaseosa, el crestas agradeció levemente.

"Sí, la bala no lastimó venas ni arterias importantes, pero se fragmentó. Tardaron en quitarte los fragmentos y debieron hacer varias incisiones en tu pierna. Por eso debes reposar unos días, para que no se abran esas incisiones, solntse." Volkov parecía estar hablando con un niño, con un tono suave y comprensible.

Horacio estaba por decirle sobre su mucho texto, cuando el apodo le tomó por sorpresa. Tal vez fue el día extenso que tuvo y sus defensas estaban bajas, pero finalmente soltó aquella pregunta que tanto le rondaba por la cabeza.

"¿Qué significa?" Fue solo lo que dijo. El ceño de Volkov se frunció, confundido.

"¿Qué significa el qué?"

"No te hagas el tonto." Se quejó el de cresta, poniendo sus ojos en blanco. "Eso en ruso que dices. ¿Qué significa?" Repitió.

Volkov se sonrojó. "¿Solntse?" Preguntó, aunque estaba claro que preguntaba por aquél apodo que le había otorgado.

Horacio asintió "Sí, sí, eso." Dijo señalándole con el dedo, como si pudiera así señalar la palabra.

Volkov se acarició la nuca, sintiendo sus mejillas ponerse rojizas. La primera vez que lo había dicho, en la oficina de director en la sede... Se le había escapado. Él sabía que Horacio era un ser de luz, que su felicidad y alegría habían ablandado su corazón frío. No era ningún misterio aquello. Y no era la primera vez que comparaba a Horacio con el mismo sol. La primera vez que pensó en esa comparación fue antes de caer en los brazos de Morfeo. Pensó en variados momentos desde que había vuelto a la ciudad, donde se divirtió con Horacio como nunca antes lo había hecho. Y al pensar en esas anécdotas, una sensación cálida le surgió en el pecho, como cuando el sol te da en el cuerpo. Y así, con las defensas bajas ya que su cerebro iba en camino al sueño, se dijo que tenía muchísimo sentido que Horacio fuera el sol.

En su cabeza lo decía bastante, como un apodo cariñoso. Se contenía, pues no sabría cómo reaccionaría Horacio, si se reiría ante el significado, si bromearía con ello... Así que se guardó esa comparación. Se le escapó en aquella oficina, andaba cansado del patrullaje y la noche anterior había despertado varias veces en la noche, sin lograr conciliar el sueño de forma extensa. Y mientras contaba su día, se refirió a Horacio como sol en su idioma natal. Se dio cuenta ni bien salió de sus labios, y presa del pánico, vomitó palabras, continuó relatando su día como si no hubiera soltado dicho apodo.

Luego le ocurrió en aquél robo a licorería. Antes del tiroteo, Horacio recordó vagamente los viejos tiempos, y aunque Volkov era una persona completamente distinta en ese día, recordaba con cariño sus interacciones. Y sin duda, se acordaba con claridad la forma de ser de Horacio, tan brillante como siempre. Aquello le dio esa sensación cálida en el pecho que aún no descifraba del todo, pero le agradaba cuando ésta surgía. Por esa sensación, soltó el apodo. Por suerte, el tiroteo comenzó poco después y ni él ni H debieron mencionar palabra. Sin embargo, cuando vio que Horacio era el objetivo de un francotirador, fue inconsciente el uso del apodo para referirse a él.

Solntse [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora