MinJin

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Dos figuras masculinas se encontraban una frente a la otra, los labios del más alto exploraban la piel del cuello del otro con la fina delicadeza con la que ese cuerpo merecería ser recorrido; las manos del receptor de los besos estaban colocadas al rededor de su cuello, buscando cerrar cada espacio entre ambos.

Los rostros de ambos hombres se movieron hasta volver a juntar sus bocas en ese lento pero lleno de pasión beso, enredando sus lenguas en busca de dominancia.

La adrenalina del momento era mucha más de la que podría brindar el simple beso. El solo hecho de pensar en el lugar en el que se encontraban, la emoción de ser atrapados y provocar cosas en aquellos que no tienen la culpa del motivo de estar juntos, descargando las emociones negativas que sienten en el otro.

El castaño le acarició la pierna al pelirrojo, haciendo que este se inclinara hacia atrás para luego meterse entre sus muslos y alzarle aun más la pierna, ayudándole al hombre a sentarse en el escritorio detrás de él, sin despegar sus bocas la una de la otra.

La situación se volvió más intensa cuando las manos del pelirrojo viajaron hasta la camisa del otro para desbotonarle lentamente la prenda, listos para llevar el encuentro al siguiente nivel.

Pero entonces una persona más llegó al cuarto, interrumpiéndolos y haciendo que la pareja se separase como si hubiesen sido descubiertos por la peor persona posible, pero esa era la realidad.

-Yoo-Yoongi -habló Taehyung asustado cuando notó la presencia de su amigo. se suponía que no debía estar ahí, por eso se habían tomado la oportunidad, o más bien el descaro de estar en la oficina del productor.

El mencionado veía a los dos hombres de pies a cabeza, con la mirada fría que lo caracterizaba; y una sonrisa maquiavélica se pintó en su rostro.

De inmediato la culpa invadió a Taehyung por el solo hecho de pensar en el tiempo que llevaba comiéndole la boca a Hoseok, la persona a la cual su amigo le tenía un cariño no recíproco por un plazo razonable. Todos siempre lo habían sabido, incluso el mismo pelirrojo.

-No... no es lo que crees... -se quedó callado un segundo después de hablar, a sabiendas que lastimaba a su amigo al ser encontrado con el otro actor en dicha posición, en su propia oficina: pero no se quedó mudo. Sintió un nudo en la garganta y su estómago se revolvió, al darse cuenta de que en realidad solo había una cosa que le preocupaba más que nada- por favor, no le digas a Jungkook- se tomó la osadía de pedirle antes de regresar la vista hacia abajo, arrepentido, sintiéndose aun más escoria por convertir la situación sobre él.

La sonrisa de Yoongi provocaba un escalofrío en su piel, ni siquiera miraba al otro hombre, su mente le recorría una y otra vez un solo pensamiento, en el que Jungkook era el protagonista. 

El productor no dijo nada por unos largos segundos, se limitó a caminar hasta su silla, para tomar asiento y manteniendo su sonrisa, mostrando dominancia en la situación, luego sus ojos repasaron a ambos hombres.

-¿Por qué debería de decirle? No creo que le importe -su respuesta logró provocar en Taehyung un dolor en el pecho, al darse cuenta de que era verdad. Sintió su corazón ser golpeado por el sentimiento amargo de su amor no correspondido sumado a la culpa, reconociendo que lo merece, es un hijo de puta por haber besado a la persona que su amigo quiere.

Le era imposible levantar su mirada a Yoongi, los sentimientos le abrumaban y las palabras no le salían, por lo que concretó que lo mejor era no decir nada más y salir de la habitación, dejando solos a Hoseok y a Yoongi.

-Eso fue cruel -el pelirrojo se quejó, haciendo enfadar al de cabello grisáceo, pero como no hacerlo, si su mejor amigo lo sabe, todos lo saben, incluso el mismo Hoseok; conocen bien los sentimientos que ha albergado el productor por él, se le ha confesado tantas veces, recibiendo la misma respuesta del pelirrojo; la excusa del rubro en el que trabajan, las posiciones jefe y empleado, etcétera. Yoongi siempre lo ha respetado, pero el hecho de que los haya encontrado besándose, lo pone de muy mal humor y ahora se atrevía a reclamarle por su reacción.

AudiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora