XXXII

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✨ CAPÍTULO 32

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CAPÍTULO 32. De pérdidas y reencuentros

- Sergio nos sacará de aquí. 

La voz de Lisboa le sonó lejana, pero la ayudó a salir de sus pensamientos. Observó su reflejo a través del espejo antes de asentir sin mucha convicción. Habían aprovechado esos minutos de calma para asearse con tranquilidad, y en aquel momento Cracovia se encontraba desnuda de cintura para arriba, sin importarle mucho la presencia de la ex inspectora. 

- Me gustaría tener en él la misma confianza que tienes tú - murmuró finalmente mientras pasaba una camiseta limpia por su cabeza antes de girarse hacia ella - Ya no sé si esta falta de confianza se debe a las hormonas o a que he perdido la fe. 

- Todos tenemos nuestros momentos de duda - la tranquilizó Lisboa lo mejor que pudo aunque, a decir verdad, ella también empezaba a pensar que aquello no terminaría bien - Pero la esperanza es lo último que nos queda aquí dentro, ¿no crees? 

- Sí - suspiró. 

- Míralo por el lado bueno - esbozó una pequeña sonrisa - Ahora tenemos a Sierra de nuestra parte. 

Cracovia no pudo evitar sonreír. La verdad es que sí, aquel era sin duda un problema menos. 

- Aún así tengo un mal presentimiento, Raquel - era la primera vez que se dirigía a ella por su nombre, y aquello resultó extraño para la mujer, a pesar de que no hizo nada que pudiera delatar su desconcierto - Tengo la sensación de que delante de nuestras narices está sucediendo algo que estamos ignorando, y me enfado conmigo misma por no ser capaz de verlo. No llego a entender qué es, pero sé que hay algo. 

- ¿Estás segura? 

- Sí y... - se frotó los ojos con frustración - Es un presentimiento, una vocecita en mi cabeza que no para de gritarme "fíjate, algo va mal", pero que no me dice en lo que me tengo que fijar. Algo están tramando - alzó la cabeza para clavar su brillante mirada en la de la ex inspectora - ¿Pero qué? 

- Sergio tiene el oro. Alicia está de nuestra parte. Helsinki ha sido intervenido con éxito. Los rehenes están vigilados - enumeró Lisboa - ¿Qué podría salir mal? 

Tantas cosas, quiso decir Cracovia. Había tantas cosas que podían salir mal, que no sabía por donde empezar. Su mirada se perdió en los ojos de Lisboa, a pesar de que su mente se encontraba muy lejos de allí. 

- Siempre hay algo que puede salir mal, Lisboa - susurró finalmente - Y mucho me temo que pronto lo descubriremos. 

- Quiero confiar en que eso no será así - replicó la mujer, avanzando hacia ella para abrazarla torpemente. La castaña no era consciente de lo mucho que necesitaba un contacto así hasta que sintió los brazos de Lisboa sobre su cintura. Se dejó hacer, apoyando la cabeza en su hombro y cerrando los ojos unos instantes - La confianza es lo único que nos queda. 

C R A C O V I A [Profesor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora