Capítulo 13

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~16 Horas antes~

Cone~ito

–Ya niño, deja de decir conejito–dijo Eunhyuk guardando su celular en el bolsillo interior de su abrigo.

Hyeongjun le sacó la lengua moviéndose incómodo en las piernas de su abuelito–Deja en paz al niño.

–Pues dile que deje de repetir conejito cada dos minutos.

–Tu tienes la culpa–regañó sentando correctamente al pelinegro mientras sostenía con la otra mano el biberón de Taeyoung ya que el menor no quería sujetarlo.–Fuiste tu quien sugirió el viaje.

Los cuatro; Leetuk, Eunhyuk, Hyeongjun y Taeyoung, estaban en unas bancas esperando a que el Ferry llegara y pudieran abordarlo. El paseo al parque se alargó cuando el señor Lee se encontró con su amigo Eunhyuk, un pediatra reconocido en todo Estambul. El especialista tenía su propia clínica donde a diario recibía a cientos de niños llorando, sangrando, inconscientes, con los huesos rotos o en su peor berrinche pero un par de bebés impacientes por ver conejitos le ponía los pelos de punta.

–Es un poco irónico viniendo de tu parte

–Silencio Leetuk. Ser abuelo te volvió ablandando.

El señor Lee rio negando varias veces. Guardó todas las cosas de los menores en sus mochilitas de animalitos y con una mano los fue bajando de la banca para poder ir a abordar el Ferry. Su amigo le ayudó llevando al castañito de la mano hasta el navío. 

Emocionados por su viaje tomaron asiento en la parte superior del Ferry, Leetuk quería enseñarle el mar a sus nietos y esos eran los mejores lugares para verlos.

Emocionados por su viaje tomaron asiento en la parte superior del Ferry, Leetuk quería enseñarle el mar a sus nietos y esos eran los mejores lugares para verlos

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–Pajalito–señaló el pequeño pelinegro parándose en su asiento.

–Son gaviotas, Hyeongjun

–Aliotas–balbuceó abriendo y cerrando sus manitas despidiéndose de las aves.

Cuatro horas después bajaban del Ferry.  Los dos mayores tuvieron que sostener con la fuerza debida las manitas de los niños o de lo contrario se escaparían a la primera oportunidad...y así fue. 

Visitaron las ruina de una cabaña, las torres y castillos donde encerraban a los prisioneros en la antigüedad. Cuando cruzaron hacia el norte de la isla, en donde se encontraban los conejos. Los niños corrían alegres de un lado a otro cargando a todos los conejitos que veían, no se daban abasto con tantos que se les acercaban.

–¡Cone~ito! ¡Cone~ito! –gritaban al unísono los trillizos menores gritando y aplaudiendo

–Abeito...Mila...uno coneito–dijo el castañito llevándole un conejo a su abuelo

uno coneito–dijo el castañito llevándole un conejo a su abuelo

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Diseñando nuestra familia (2WON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora