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Flashblack
Era un día en la mañana algo frío, -por cierto-. me desperté y me levanté algo cansada de la cama, la tendí, organicé mi parte de la habitación y me dirigí hasta los cajones donde estaba mi ropa, saqué un jean negro, una camiseta negra y unos converse blancos -nunca me ha gustado mostrar mi cuerpo-.
Tomé mi ropa y agarré una toalla, fui directo al baño y me metí a la ducha, dejé que cada gota del agua recorriera por todo mi cuerpo, pasé el jabón por mis brazos y piernas, nuevamente abrí la llave para que el agua saliera, terminando de dar mi ducha cerré la llave y tomé la toalla, envolví todo mi cuerpo en ella y salí de aquella ducha. Me miré en el espejo y deposité una sonrisa en el. Me coloque la ropa interior, y también aquel jean negro, la camiseta negra y los converse blancos. Salí del baño, y dejé mi pijama en la cama, me arreglé el cabello y me coloqué una pañoleta, después de habermela colocado dejé mi cabello suelto -mi cabello es rizado-.
En fin, en donde vivo no hay computadores, móviles, ni televisores, oh bueno, sí, si hay un televisor, pero está en la sala.
A las 10:00am debemos de estar desayunando, baje las escaleras y fui al comedor, me senté en una silla a esperar a las demás personas. Cuando llegaron, esperamos unos cinco minutos y nos pasaron los alimentos, dimos gracias por ellos y los consumimos. Fue un momento de silencio -reglas de la casa-. no podemos hablar mientras comemos, en fin.
Terminé de comer y tuve que esperar a que los demás acabaran -otra regla de la casa-.
Cuando terminaron, me levanté de la silla y subí rápidamente a mi habitación, cerré la puerta y tomé mi diario, comencé a leer algunas cosas de él. Había una nota que decía:
'Febrero 1 de 2013'
Me gusta mucho él, por su forma de ser, y su sonrisa me hace enloquecer, quizá no se fije en mí, pues soy algo fría en mi parecer.' Me sobresalté al escuchar que abrieron la puerta, pero luego ví a mi compañero y desvié mi mirada. Él sonrió y mis pensamientos eran 'Joder, ¿en serio?'
Sebastián -mi compañero-. se acerco a mí y cerré mi diario rápidamente, cuando voy escuchando su voz:
'Hola, Tania.' -sonreí enmarcando aquellas marcas de mis hoyuelos-.
Hola, Sebastián. -levanté mi mirada y alcé mi ceja derecha-.
¿Cómo estás? -susurré-.
Yo, muy bien, gracias, ¿tú? -remojé mis labios-.
Muy bien.. -sonreí nuevamente y levanté mi ceja izquierda-. oye Tani.. ¿por qué nunca me hablas?
Porque soy poco sociable, no me gusta hacer amigos, luego me defraudan y bah. -hice un gesto extraño-.
Si quieres, yo puedo ser tu amigo -solté un supiro-
Esta bien -levanté mis hombros-.
Se levantó de mi cama y se fue, esperen, ¿Sebastián me dijo 'Tani'? Uh, es raro, siento que me coquetea pero no voy a caer en alguna de sus trampas.

Compañeros de habitación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora