ocho

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Muchos ven el enamoramiento como una de las cosas más bellas del mundo, aquella emoción al ver a la persona de la que te enamoras, esas mariposas en el estómago, esa euforia que sentimos cuando estamos con esa persona.

Pero son pocos los que hablan de ese lado tan doloroso y deprimente del enamoramiento.

Un amor no correspondido, un amor imposible, un amor profundo, el más puro en toda la tierra, sin embargo, es un amor que muere antes de poder haber nacido.

Algunos podían pensar que estaba loco, pero la simple realidad era que estaba enamorado.

El primer enamoramiento es una de las experiencias más bonitas que algunos han experimentado.

Muchos lo han sentido alguna vez, los poetas lo han escrito, los cantantes lo han expresado en sus canciones, los actores lo han interpretado en obras de teatro y en películas.

El primer enamoramiento de Park Jimin fue una joven de su edad, ambos tenían 15 años, era un sentimiento mutuo, un joven y bonito amor adolescente, lleno de alegría, respeto, honestidad y comprensión.

Sin embargo, era efímero.

Quizás había sido un enamoramiento de casi un año, había sido el primer amor de Jimin, sin embargo, tuvo que llegar a su fin, pues el desastroso fallecimiento de la progenitora del joven, le arrebató la felicidad, las ganas de vivir, esa bella sonrisa no estuvo presente durante un largo tiempo; Jimin odiaba lastimar a las personas que amaba, y alegar a esa chica de su vida, había sido doloroso para ambos, pero también lo mejor.

Cualquier señal de felicidad en él era nula, no podía seguir fingiendo que estaba bien, tenía apartarla de su vida, antes de que terminara haciéndole más daño del que ya le estaba ocasionando, lo hacía por su bien, por el bien de ambos, e intentaba ignorar lo doloroso que era.

Dolió alejar tan dolorosamente a su primer amor, pero no podía soportar la idea de hacerle daño.

En aquel entonces era demasiado vulnerable, estaba roto, era tan frágil como una copa de cristal, un simple golpe era suficiente para destrozarla en mil pedazos.

Estaba sentado en su habitación, observando un álbum de fotos color café, donde cientos de fotos guardaban recuerdos, recuerdos que ahora sólo generaban un dolor y una lenta agonía desgarradora.

Detrás de cada foto había un hermoso y doloroso recuerdo. Se detuvo en una de las páginas, había una foto que se veía un poco borrosa por la antigüedad de la misma, en aquella foto se encontraba un Jimin de 8 años con su madre, ambos sentados sobre una manta de picnic, ambos con hermosas y radiantes sonrisas en su rostro, disfrutando de unas frías y exquisitas rodajas de sandía, al mismo tiempo que gozaban de una exquisita limonada que su madre había hecho.

Había otra foto de su madre cuando era joven, siempre vistiendo a la moda, en todas las fotos con esa bonita sonrisa, su cabello siempre peinado con una media cola o completamente suelto, con bonitas ondas o rizado, dándole mucho volumen.

Su maquillaje siempre era impecable, un hermoso brillo labial rojizo, rubor en sus mejillas, sombras de colores llamativos adornaban sus ojos, aunque mucho podía depender de lo que usara.

Aquella mujer venía de una familia adinerada, una madre italiana y un padre coreano, ambos enamorándose en la bonita ciudad de Venecia en uno de los tantos viajes que ese hombre había hecho, se habían casado pocos años después de haberse enamorado y formaron una hermosa familia, 3 hijos. En realidad, Jimin sólo conocía a uno de ellos, pues la hermana de su madre había perdido la vida cuando era una adolescente de 15 años, durante un trágico accidente automovilístico; y su tío, bueno, él se había mudado a Corea cuando conoció al amor de su vida.

Boys just want to have fun ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora