diecisiete

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Una tarde bastante soleada y alegre para ser verdad, pero no se quejaba, sin lugar a duda esos días eran los mejores.

Las llantas de su bicicleta se deslizaban sobre el asfalto con velocidad, en realidad no recordaba cuándo fue la última vez que utilizó la vieja bicicleta de su madre, pero era el único vehículo que él podía manejar donde podría guardar las cosas, incluso aunque sólo fuera una pequeña canasta.

su walkman iba sujetado en su pantalón, y sus audífonos sobre su cabeza mientras escuchaba un casete con sus canciones favoritas en él.

Estaba solo a un par de minutos del supermercado, tendría que comprar algunas cosas para la cena y también necesitaba comprar algunas cosas para él.

¿El camino había sido largo? Sí, pero había valido la pena.

Antes de entrar a la tienda encadenó su bicicleta en la zona especial para esos vehículos y luego de tomar su mochila caminó hacia el lugar, dirigiéndose directamente a la zona de papelería.

Tomó un par de pinceles, los más baratos, pero de buena calidad, un par de plumones, latas de pintura en aerosol, un par de cartulinas, ¿Y por qué no? Algunas bolsitas de brillantina.

Iría a una marcha LGBT en honor a esas chicas, y quería hacer algo hermoso para ellas, y también para todas esas personas a las que se les negó ser ellos mismos.

Era algo estúpido, Jimin siempre lo vio de ese modo, incluso antes de darse cuenta de su sexualidad, seguido escuchaba en las noticias sobre crímenes de odio contra las personas LGBT, sin embargo, al tener solo 10 años no lo comprendía muy bien, pero sabía que era algo que estaba mal.

Su madre le había dicho que ver personas del mismo sexo amándose y personas sintiéndose como otro género era algo normal, que no era nada del otro mundo, y que no tenía porque verlo como algo malo.

Apenas volviera a casa se encargaría de hacer un cartel que le rindiera honor a esas chicas.

Terminó con la zona de papelería, por lo que con el carrito de supermercado se dirigió hacia la zona de carnes, luego pastas y al final a la zona de golosinas.

La cajera que lo atendió lo miró con curiosidad, y sonrió al ver que llevaba entre sus cosas una caja de chocolates pequeña, al igual que un pequeño ramo de tulipanes.

-¿Una bella chica esperándote? -preguntó con curiosidad la cajera.

Jimin rio para sí mismo.

<<Si supiera.>> Pensó.

-Algo así. -fue lo único que se limitó a contestar.

La mujer sonrió enternecida, para luego darle a Jimin su total y pudiera pagar.

Jimin le entregó el dinero, y luego de agradecerle a la cajera salió con el carrito del lugar, dirigiéndose a su bicicleta, sólo eran dos bolsas, por lo que dejó la bolsa con la comida dentro de la canasta y la bolsa con sus cosas sobre una de las manijas, mientras que el ramo, las cartulinas y los chocolates iban en su mochila.

Tomó su ruta a casa igual que siempre, disfrutando del viento y de la música en su walkman mientras tarareaba las canciones que poco a poco se iban reproduciendo.

-¡Ya llegué! -Fue lo primero que dijo al entrar a la vivienda y quitarse sus zapatos.

-Está en la cocina. -dijo Sana, quien bajaba las escaleras con un short y tal parecía que era su bolsa de playa.

-¿Y tú a dónde vas?

-A una cita.

-¿Puedo saber con quién?

Boys just want to have fun ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora