• Ambos cruzamos la línea •

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Mi corazón es tuyo.
Eres tú a quien me aferro.
Sí, eso es lo que haré.
Y sé que estaba equivocado.
Pero no te defraudaré
No lo haré...

Sparks - Coldplay

[•••]

El cielo destilaba matices naranjas y rojos, pequeños arreboles vespertinos que pronto se convertirían en un gris oscuro.

SeongHwa observaba una vez más el horizonte. Contemplar las llamas sobre su coronilla le traía en mente un recuerdo.

El recuerdo de una persona.

Un peligris.

HongJoong.

El recuerdo de haberlo observado bajo los mismos aces de luz, el cigarrillo en sus finos labios, y el impulso de colocar sus manos alrededor de su cintura. En definitiva sentía más que atracción por el chico. No podría apostar con certeza que aquello sea amor, desconocía aquel sentimiento y lo encasillaba en efímero deseo de pertenencia.

Aún así mantenía la nevera repleta de su yogurt favorito, las galletas seguían intactas y había apartado de la lavadora el suéter con su aroma. Lo único que permanecía del menor consigo, o un aroma olvidado, sus gustos favoritos o sus acciones, repitiéndose en su mente como un bucle tortuoso. Pero estaba seguro que aquello no era amor. Porque principalmente él...

-Lo siento... -lamentó la persona que acababa de cortar el hilo de sus pensamientos. El chico siguió corriendo sin importar haber chocado el hombro de alguien más y casi dejarlo caer de bruces sobre el asfalto.

-Hey...-un insulto habría salido de ambos belfos rosas -¿HongJoong?

Podía ver la espalda del contrario, su manera de caminar, y su cabello platinado ondeando bajo la brisa fresca. Sus pies demandaban apuro, y chocaba con quien se le cruzara en su camino.

El corazón le dio un vuelco. De pronto sentía emoción y una extraña necesidad de sonreír a la nada absoluta.

El sentimiento de encontrar el camino de vuelta a casa. De seguir la luz al final del sendero. De abrazar el brillo resplandeciente e iluminar la oscuridad tormentosa.

SeongHwa lo supo.

Era amor.

Más que gusto, amor.

Seguiría a HongJoong incluso hacia el fondo de un acantilado. Tomaría su mano y reiría en lo más profundo de la oscuridad, porque estaba HongJoong, y HongJoong volvía hermoso todo lo que había sido destruído.

Él era su primera pieza de arte, transformando cicatrices en pinceladas de color, garabatos a perfección junto a rastros de dolor. El gris oscuro tomaba un tono azulado, y otro amarillo, y rojo, y rosa, toda una paleta de colores, un sin fin de emociones.

El peligris se detuvo, tomó aire y miró el cielo cubierto de estrellas. La noche junto al desfile escarchado había llegado más pronto de lo que pudo imaginar.

SeongHwa miró hacia la misma dirección, un dulce deleite que a penas y podía contemplar. Su visión siempre se mantuvo fija en las personas, en los objetos, en todo material y plástico. El acogedor brillo de miles de estrellas danzando ante sus ojos fue una gran sorpresa el día en que HongJoong le mostró la noche a través de su ventana. "Es agradable ver el cielo antes de dormir" había susurrado entre dormido después de haber llegado a su habitación con la manta envuelta alrededor de sus hombros. Había abrazado su cuerpo, aún cubierto de moratones, antes de contemplar el cielo y lo que consideraba su cielo.

Another Love ☆ SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora