Árbol,
vengo en nombre de la humanidad,
no soy nadie,
pero soy un hombre
que me duele verte
al precipicio de la extinción.
Vengo a pedirte perdón
porque somos la termita
que está acabando con tus venas
y te desangran.
Te pido perdón
por hacer leña del árbol caído.
Te hemos arrancado del cordón umbilical
como si fueras un aborto,
te hemos matado
y lo seguimos haciendo.
Árbol,
te pido perdón por lo que somos,
tenemos hachas
y máquinas destructoras en las manos,
nos hiede el corazón a muerte
y escupimos odio y más odio.
Nos hemos adueñado de lo que no es nuestro,
te hemos robado la tierra
y el aire y el agua,
te hemos quitado hasta la lluvia.
Si el hombre fuera como tú,
abrigaríamos a los pájaros,
nuestras raíces fueran una sola,
como una vena ramificadora de amor.
Si los humanos tuviéramos tu corazón
amaríamos a la tierra.
Árbol,
perdona nuestra humanidad.
Perdona por cambiarte la primavera
por un desierto.
Perdona por calentar tus otoños
y congelar tus veranos.
Árbol,
perdona por lo que somos
y por lo que hacemos.
Algún día ya no estaremos para verte feliz,
nosotros somos la extinción de nuestra propia vida.
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POEMAS PARA NO MORIR DE SOLEDAD
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