Dos Pares De Imponentes Ojos || Uchiha Shisui

~ 02 ~

— ¡Oji-chan! —exclamó Kaori mientras una gota de sudor anime bajaba por su nuca.

El hombre de muy pero muy avanzada edad, entre los ochenta y la muerte según Naruto, soltó una carcajada algo, solo un poco, escalofriante.

Kaori se encontraba algo sonrojada, cosa que Naruto no comprendió.

— Vino el chico de la semana pasada a buscarte, Kaori —volvió a hablar el anciano pero está vez con voz seria.

— Shisui-san —murmuró Kaori con una pequeña, casi inexistente, sonrisa, que borró sacudiendo la cabeza—. Después iré a verlo, ahora tengo que llevar a este niño de regreso a Konoha —tomó una mano de Naruto y la alzó en el aire—, así que volveré en un rato —Kaori se acercó al anciano y le dio un beso en la mejilla—. Cuídate hasta que vuelva, oji-chan.

— Que no se te olvide quien fui en un pasado, Kaori —respondió el hombre mientras los acompañaba a la puerta de la cabaña.

Kaori tomó la mano de Naruto y emprendió el camino rumbo a Konoha, mientras Naruto se despedía con la mano del anciano, quien respondió el gesto del mismo modo.

Durante el camino platicaban sobre sus vidas, más el pequeño rubio parlanchín, por lo que el recorrido se les hizo simplemente corto.

Al estar a unos metros de las grandes puertas de Konoha, Kaori se arrodilló ante Naruto.

— Naruto —lo llamó con dulzura—, no le digas a nadie que me viste, ¿ok? No me llevo muy bien con los aldeanos que digamos —se excusó con una sonrisa en los labios.

— ¿Es por tus ojos? —preguntó curioso Naruto. Kaori asintió en afirmación— Pero si son bonitos, dattebayo —dijo frunciendo el entrecejo y con una adorable mueca. Kaori se enterneció ante tal acción.

— Arigato, Naruto, pero no todos piensan como tú —respondió mientras le picaba con su dedo índice la punta de la nariz.

— ¡Ya verás! ¡Cuando sea Hokage todos van a quererte como yo te quiero, dattebayo! —exclamó emocionado Naruto mientras la señalaba con su dedo índice.

— Pues esperaré ese día, Hokage-sama —dijo Kaori con un tono algo burlón, pero Naruto no lo notó—. Será mejor que vuelvas a casa, Naruto, tus padres de-... —Kaori fue interrumpida por un grito femenino.

— ¡Naruto! —una pelirroja de ojos color morado grisáceo se acercaba corriendo, siendo seguida por un rubio de ojos azules, un pelinegro con tres cicatrices en diagonal en el rostro y un pelinegro con el uniforme estándar de la Policía Militar de la aldea. Sobre ellos volaba un cuervo completamente negro.

— ¡Oka-san! —exclamó Naruto con emoción mientras corría a los brazos de su madre.

— ¡Naruto! —lo abrazó la mujer, para seguidamente empezar a revisar si tenía alguna herida— ¿Estás bien? ¿Qué te pasó? ¿Te lastimas te, dattebane?

— No, ¡estoy increíblemente bien, dattebayo! —exclamó Naruto. Grave error— ¡Itai! —exclamó con dolor el niño al recibir un algo fuerte golpe en la cabeza por parte de su madre.

— ¡Baka! ¡¿Por qué te fuiste?! ¡¿Sabes lo preocupados que nos tenías, dattebane?! ¡Ni te lo imaginas te siquiera! —gritó histérica, pero al final de todo, preocupada. Naruto bajó la cabeza con expresión triste, que fue remplazada por una de sorpresa al sentir los brazos de su madre abrazarlo con una fuerza maternal sorprendente— No vuelvas a hacer eso, dattebane, ¿ok?

— O-ok, dattebayo —respondió Naruto abrazando a su madre con sus pequeños brazos.

Fue ahí cuando Naruto recordó a Kaori, por lo que se separó de su madre y se dio la vuelta, dispuesto a correr hacia Kaori para abrazarla y darle las gracias por llevarlo de regreso a Konoha, junto a pedirle que le manda se un saludo al anciano de su parte.

Grande fue su sorpresa el no encontrarla.

— Hay que irnos, Naruto, Kushina —habló el Yondaime mientras se encaminaba hacia su esposa e hijo.

Todos se retiraron de la entrada a la aldea, aunque tanto Naruto como el pelinegro de la Policía Militar se quedaron observando el lugar donde antes se encontraba Kaori.