~ 06 ~

128 11 0
                                    

[En la actualidad]

Al día siguente, Shisui se encontraba llendo de camino a la estación de la Policía Militar de Konoha cuando un alboroto llamó su atención. O mejor dicho, la protagonista de dicho alboroto.

— ¿Qué me ves? —preguntó con asco una chica unos años más joven que él.

— Que te valga —respondió otra voz femenina con sequedad, a la que identificó como Kaori.

— Ah, muy valiente, si sabes quién soy ¿no? —volvió a preguntar, pero está vez con superioridad. Shisui la identificó como la hija de un hombre de comercios de una pequeña aldea cercana, que era, o es, una de sus más grandes acosadoras.

Kaori sonrió de manera altanera.

— Mi puta —respondió Kaori con el mismo aire altanero y orgulloso que tenía en su sonrisa.

Sonrisa que no se borró cuando la mano de la otra chica impactó contra su mejilla derecha, sino que se ensanchó más.

— ¡¿Por qué sigues sonriendo, baka?! —gritó histérica la chica, por lo que Kaori soltó una pequeña risa.

— Oh, nada, solo me es divertido ver cómo te rebajas a mi nivel-... —hizo una pequeña pausa— En público —Kaori soltó una carcajada que a la chica le resultó escalofriante.

Y antes de que la chica comprendiera lo que dijo Kaori, está misma desapareció en una nube de polvo.

Shisui miro a su alrededor y la encontró doblando tranquilamente una esquina a la izquierda a dos cuadras del pequeño show que había montado.

La siguió en silencio hasta llegar a una casa de té.

Kaori compró dangos.

— ¡Kaori-chan! —saludó Shisui como si no la hubiera estado siguiendo.

— ¡Shisui-san! —se sobresaltó Kaori, casi dejando caer sus dangos.

— Gomen, no quería asustarla —se disculpó Shisui mientras empezaban a caminar sin rumbo fijo—. No es por ser chismoso ni nada pero, ¿no debería estar cuidando a su abuelo?

— Se fue a trabajar, de nuevo —respondió Kaori mientras veía los dangos que llevaba en su mano izquierda. Abrió la pequeña bolsita y le ofreció uno a Shisui, quien lo aceptó para luego ella llevar otro a su boca.

Luego de unos quince minutos, ambos se despidieron y cada uno fue a dar a su rumbo, Shisui a la estación de la Policía Militar y Kaori hacia la casa de su abuelo.

Grande fue la sorpresa de Shisui al descubrir ese mismo día que Kaori tenía un historial criminal, y grande fue la sorpresa de Kaori al no sentir la presencia de los ANBU que habían mandado a vigilarla desde hacia unos meses atrás.

— Querida, por fin llegas —escuchó decir a una voz silbante desde las sombras.

— Tú —susurró para ella misma Kaori—, ¿qué quieres? —preguntó con frialdad.

— Ay, Kaori, siempre tan amable —dijo con sarcasmo la misma voz para después soltar una pequeña risita—. Eso es lo que me gusta de ti, siempre tan directa, tan temperamental.

— No te pregunté que era lo que pensabas de mí, te pregunté que, ¿qué quieres? —volvió a preguntar Kaori con frialdad.

— Que carácter —la ignoró con malicia—, tan característico de tus clanes.

— Eres una maldita serpiente rastrera —murmuró Kaori con odio en su voz. El dueño de la voz silbante soltó otra risita.

— En fin, tú quieres saber que es lo que hago aquí, ¿verdad? —Kaori no respondió y solo lo miro fijamente— Bueno, vengo en busca de un nuevo contenedor —confesó.

— ¿Un nuevo contenedor? —preguntó Kaori con burla— Hm, eso significa que te estás pudriendo, ¿no es así, Orochimaru? Hm, me pregunto que hará la aldea si se entera de tan valiosa información.

— Harían lo mismo que si se enteraran de quién eres en realidad —la expresión socarrona de Kaori tembló ligeramente en su rostro—. Así que, si yo fuera tú, mejor mantendría mi boca cerrada.
                   
Y sin más, Orochimaru se adentró en las sombras con una sonrisa perversa en sus labios.

Dos Pares De Imponentes Ojos || Uchiha ShisuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora