Deseo

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Llovía.
Eran las nueve de la mañana, y cierto niño con albinismo, miraba por la ventana las gotas de la lluvia caer y resbalarse por el vidrio. Amaba ver cómo el panorama se volvía grisáceo y casi borroso por la fuerte lluvia. Según creencias que él mismo inventó, la lluvia cumplía deseos.

Así que, juntó sus manitas mirando hacia la ventana, y cerró sus ojos, imaginando lo mismo que podía ver teniendo sus ojos abiertos.

— Lluvia mágica. Desheo una mamá y un papá que me cuiden y me quiedan mucho. No, mejo dosh papás muy amodosos conmigo. Dosh papis palla jugá con ellosh, y me lleven a paqueshito. Lluvia... ¿Poi qué todosh los demásh niños ya fuedon adoptados y yo no? Losh papás no gushtan niños de cabello blanco como mío.

Estaba llorando junto a la lluvia. Siempre terminaba con lágrimas cuando hacía este tipo de deseos. Era un niño pequeño pero muy consciente de su situación.

El Orfanato lo acogió cuando era un recién nacido, luego de haber sido encontrado frente a las instalaciones del lugar. Le brindaban un hogar, un dormitorio compartido con su cuna y ahora cama, comida, ropa; lo enseñaron a hablar, a comer, caminar, y poco a poco se valía de sí mismo. Debía ser independiente desde los cinco años, pues no había la posibilidad de que fuera adoptado por su condición de albinismo. Nadie quería a un niño con la piel delicada.

— Atsushi-kun, ¿por qué estás llorando?—. Entró una de sus cuidadoras. Se sentó a su lado, en la orilla de la cama, mirando al exterior.

— La lluvia me va a conchede un desheo. Lluvia me va a dal papis.

La cuidadora sonrió, abrazó al menor, y besó con ternura su frente.

— Claro que sí, pequeño. Claro que sí.

En una casa tradicional japonesa, Osamu Dazai y Chūya Nakahara despertaban en un San Valentín como una pareja casada y no como una familia que tanto querían.

Tenían tres años de casados y no lograban concebir hijos. ¿La razón? Dazai sufrió de abusos en su infancia que le ocasionaron daños irremediables como la infertilidad.

Adoptar era una opción, pero pocos Orfanatos aceptaban que los padres fueran del mismo sexo, incluso si los embarazos existían en hombres dotados. Era algo contradictorio, pero debían acatar las reglas.

— Otro San Valentín sin hijos, Chūya. Todo por mi culpa...

Comentó Dazai. Estaba decepcionado de sí mismo. Odiaba su infancia. Chūya se aproximó más a él para abrazarlo y brindarle de su amor y cariño.

— No es tu culpa. Ya verás que el Orfanato que falta de respondernos nos dirá que sí y tendremos la oportunidad de ser padres, Dazai.

— Pierdo mis esperanzas...

Fue en ese momento en el que Chūya recibió una llamada que cambió su mañana por completo. Saltó de alegría de la cama, confundiendo a su esposo de vendaje.

— ¿Chūya?

— ¡¡Es un sí, Dazai!! ¡¡ES UN SÍ!! ¡¡Seremos padres!! ¡¡La cuidadora nos llamó para decirnos que había un niño con deseos de ser adoptado por dos padres!! ¡¡Este será el mejor día!!

Se vestía con rapidez, queriendo terminar pronto. Dazai se levantó de la cama sin poder creerlo mucho y comenzó a vestirse también.

— ¿Estás seguro, Chūya?

— ¡Lo estoy! ¡Lo tendremos hoy mismo! ¡Hoy mismo, Dazai! ¡A nuestro niño, nuestro hijo!

Eso sonaba bien. Dazai sólo pudo sonreír, deseando que la llamada no fuera una mentira o la broma de alguien.



No pude actualizar el otro fic, pero te dedicaré este especial MabelLaura1 por tu paciencia y apoyo <3

Un Deseo A La Lluvia [ESPECIAL SAN VALENTÍN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora