Cine en Casa

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Dazai y Chūya no podían ignorar los pequeños síntomas similares a los de embarazo que Osamu tenía. Su esperanza de tener un bebé biológico jamás se esfumó, pero eran los más felices con su bebé Atsushi.

La prueba de embarazo y los estudios clínicos de Osamu resultaron negativos. Ellos no estaban esperando un bebé propio. El castaño salía del consultorio donde en la sala de espera se mantenía su hermoso bebé Atsushi y su esposo impacientes por su llegada.

—¿Qué te dijeron, Dazai? ¿Nosotros..?—. Se levantó Chūya del asiento, ilusionado.

Osamu sonrió levemente y se aproximó a Atsushi, agachándose un poco para levantarlo en brazos y besar una de sus mejillas con ternura.

— Negativo, Chūya. Nosotros siempre seremos los papás de Atsushito, sólo de él.

Chūya comprendió de inmediato y se acercó a ellos y al abrazo familiar tan acogedor y amoroso.

—Claro que sí.

Salieron de la clínica para dirigirse al centro comercial y poder comprar unas cosas que Chūya requería. El pelirrojo había prometido al niño hacer un cine en casa, compraría maíz para palomitas, dulces y algunos bocadillos típicos de los cines, así como materiales para crear todo más realista.

Recientemente habían comprado una pantalla de 80" y les serviría de mucho para poner la película que Atsushi eligiera.

Una vez terminado el cine en casa, Chūya tomó el puesto de vendedor de boletos y Dazai el que hacía los bocadillos.

—Buenas noches, jovencito, ¿Para qué película desea su boleto?

Preguntó Chūya, mostrando una cartelera de al menos cinco películas infantiles diferentes. Atsushi sonreía emocionado, sin saber cuál elegir.

—Esha, papi—. Señaló con su dedito índice derecho a la película del medio de la cartelera.

—Bien, pero recuerda que sólo soy un vendedor de boletos, no tu papi, Atsu.

—Yo no quiello il solito a ve la película. Papi vendedol de boletosh.

—Me gusta la idea. Entonces eliges esa... Puedes pasar a comprar tus bocadillos con papi vendedor de palomitas.

—¡Shí! ¡Mami palomitash!

Finalmente la venta terminó con un bebé albino pagando sus golosinas con dinero de juguete. Se dirigieron a la "sala de cine", la habitación de Dazai y Chūya, y tomaron asiento en la cama, recargados en la cabecera y cubiertos con el cobertor por las bajas temperaturas del clima.

—Mami, mi godito. Tengo flío enda cabezha.

El castaño sacó el gorrito de Atsushi de uno de los cajones del mueble de al lado, para luego acomodarlo en su cabecita.

—Ahora sí, Chūya, pon la película, que Sushito está ansioso de verla.

Dijo Dazai. El joven del sombrero encontró la película elegida por Atsushi y la inició en la pantalla, consiguiendo unos aplausos de emoción y la sonrisa del pequeño albino.

—¿Estás feliz, mi bebé?

—¡Mucho! ¡Mi-dade-mosh una pe-lícula con mish dosh papis! ¡Y palomi-tash!

Atsushi armaba una algarabía de felicidad, una emoción que contagiaba a sus padres y los hacía sentirse muy agradecidos de tenerlo como su hijo.

—Bellísimo nuestro Sushito, ¿Verdad, Dazai?

—Nosotros te amamos, Sushito. Eres lo mejor que nos pudo pasar a papi Chūya y a mí—. Añadió sonriente.

Finalmente se dispusieron a ver la película, disfrutando de sus momentos familiares con su pequeño niño.

Atsushi fue vencido por el sueño a mitad de la película, quedándose dormido en medio de ambos, abrazando su tigre de peluche.

Míralo, Dazai, Atsu es adorable. Soy un papá orgulloso ahora—. Alardeó, tocando delicadamente una de las mejillas sonrosadas del niño.

—También yo.

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⏰ Última actualización: Nov 28, 2023 ⏰

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Un Deseo A La Lluvia [ESPECIAL SAN VALENTÍN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora