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 —¿seguro que te sientes bien? podemos ir al doctor, te ha sangrado bastante la nariz—su madre terminó de ayudarlo a limpiarse el rostro y suspiró—todavía no sé cómo haz hecho para caerte de las escaleras, mira si eso te trae consecuencias, dios, Doyoung, estoy tan preocupada. 

—mamá, mañana haré algo importante ¿puedes dejarme solo un momento?—Doyoung miró hacia su escritorio y su madre frunció el ceño, pero luego abrió la boca y se llevó las manos hacia ella. 

—¿qué harás mañana catorce de febrero?

—¿tienes que preguntarlo? solo haré algo.—sus mejillas podrían haberse ruborizado sino fuera porque aun se sentía debilitado por la perdida de sangre. 

 Doyoung se pasó la tarde entera escribiendo una carta para Johnny, borró y escribió una y otra vez, no podía creer que realmente había podido volver en el tiempo solo para hacer algo que por tanto había deseado, pero que nunca se había animado, ahora la oportunidad se presentaba para él y definitivamente no iba a perderla. 

Asi que plasmó sus sentimientos en ella, pero a medida que comenzaba a escribir, se veía incapaz de poder destacar qué era lo que le gustaba tanto de Johnny, bueno, es que tal vez con todo el viaje y con todos los años que habían pasado entonces no podía recordarlo con exactitud, pero aquel pensamiento le hizo replantearse qué es lo que el amor era. 

¿qué era el sentimiento que sentía por Johnny? ¿por qué no podía recordar qué amaba de él? punto a parte ¿por qué a pesar del tiempo transcurrido seguía amándolo si ya no sabía nada de su vida? 

Se quedó quieto por un segundo, mirando fijamente la hoja sobre el escritorio. 

¿qué era lo que su yo adolescente quería transmitir? ¿cuál era ese fuego desaforado que no podía recordar ahora? 

¿eran sus ojos acaramelados? 

¿era el hecho de pensar que para él seria inalcanzable?

Al siguiente Doyoung se sintió muy confundido, llevó consigo la carta, pero apenas pudo escribir un par de líneas vacías que solo expresaban un deseo frustrado de averiguar por qué lo amaba tanto. 

Cuando su madre lo dejó en la escuela, seguía lloviendo, Doyoung se cambió las zapatillas en la entrada y vio a Johnny en el casillero cerca del suyo, tenía gotas de lluvia en su cabello y abrigo, él no pareció verlo, abrió el casillero y Doyoung vio el montón de cartas y chocolates que tenía desde el comienzo de la mañana, en su propio casillero también tenía algunas, pero no les prestó atención, recordaba recibir aunque sea una carta en san Valentín, pero nunca correspondió ninguna, solo podía pensar en Johnny.

¿cuántas personas habrán llegado temprano para ser las primeras? ¿cómo se habrán sentido dejando sus cartas y chocolates sobre las cartas y chocolates de alguien más? 

Doyoung pensó en la carta apenas escrita en su bolsillo. 

Johnny lo miró y sus ojitos se encontraron y el chico le sonrió—¿cómo te sientes hoy?

—mejor.—cerró su casillero y metió la mano dentro del bolsillo, arrugando la carta y pasando de largo. 

Johnny lo siguió con la mirada, pero cuando lo perdió de vista, miró nuevamente su casillero, haciendo a un lado los regalos para meter sus zapatillas. 

En mitad de clase, Doyoung sacó la carta de su bolsillo e intento alisar el papel, pero estaba demasiado arrugado, Sicheng lo notó y se acercó a él, tocando la hoja.

—¿qué le sucedió?—su mejor amigo susurró lo suficiente bajo para que nadie más pudiera escucharlo. 

Inseguro, Doyoung tragó saliva—¿recuerdas por qué me gustaba en primer lugar?

Crisálida JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora