Cap. IV: La Flor de Oscuridad

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Era de noche y como siempre daba mi ronda de guardia en el centro de Berno la ciudad subterránea de demonios atacada por loa humanos hace 2 meses, la capital demoníaca.

Como guerrera prodigio pude salir ilesa del ataque sorpresivo efectuado por los de arriba, personas débiles con tecnología capaz de superar a un dios.

Eso no me daba miedo, luché con fervor patriótico para defender mi país y mi raza, pero siento que no fue suficiente, ahora vago por las ruinas de una asolada ciudad.

Sin embargo, esta se convirtió en un refugio para los demonios de otras ciudades atacadas por los humanos, cada día que pasa viene el subterráneo con más heridos.

La última vez que vi el subterráneo llegar una mujer de cabello castaño, largo y ojos rojos claros bajaba de forma inusual del subterráneo, la salida esta oculta solo los demonios pueden verla, eso significa que es de otra raza, tengo que eliminarla antes de que los humanos vuelvan a terminar con todos.

La seguí durante todo su recorrido por la ciudad, mi efecto secundario como sacerdotisa del terror influía bastante en sus sentidos, aprovechar eso al máximo era mi especialidad.

Hasta que llegó a una casa, se quedó allí y yo seguí influenciando el entorno terrorífico para que sintiera pavor, fue entonces ya alcanzado la media noche cuando mis poderes estaban al máximo que decidí atacarla.

Llegué a la puerta de la habitación donde se encontraba la chica dormida, entonces le lanze la guadaña con toda mi fuerza, pero logró esquivarla aun estando dormida, se veía que estaba alerta.

Se levantó y esperó mi reacción, yo hice lo mismo, no puedo atacar sin tener un buen plan a mi favor, pasaron los minutos decidí atacar cuando tuviera la oportunidad, un asedio utilizando magia oscura.

Esa era mi intención, al tener todo el ambiente a oscuras y con la capacidad de controlar dicha oscuridad estaba más que en ventaja, en un momento con el resplandor de un farol iluminando a la distancia ataque sin pensar.

No medi la inesperada iluminación, eso disminuyó enormemente mi fuerza pero aun tenia el buff de la medianoche duplicando mi poder, y también a su vez ese golpe dado tenia magia de oscuridad con una simple descripción diría que absorbe la vitalidad de otros y me la da a mi, una habilidad unica de la guadaña de la muerte.

La oscuridad también me oculta y me brinda más movilidad, siendo capaz de moverme tan rápido que no podría ver donde estoy, teniendo eso a mi favor era imposible perder, sin embargo era muy fuerte.

El primer golpe lo recibió inesperada, sin embargo me costó más encestar los siguientes, hasta cuando podría aguantar el hechizo un humano como este.

Rápidamente le lanzo un golpe al rostro que bloquea con su antebrazo izquierdo, me muevo y consigo colocarme a sus espaldas ella se percata de mi intención y se voltea pero yo soy más veloz.

Todo esta a mi favor la oscuridad es mi aliada.

Pero todo cambio en un abrir y cerrar de ojos, cada vez se hacia más rápida hasta un punto en el que ya no podía seguir escapando de sus golpes, eso me sorprendió bastante, el veneno de la guadaña debería de debilitarla.

Sus golpes eran brutales, no parecía humana y por alguna razón yo apenas le hacía daño o eso es lo que me pareció desde mi punto de vista.

Me alejo de ella, ya no tenia la ventaja pero ese no fue el motivo verdadero, me sorprendió el hecho de que brillará con tonos fríos de colores, me alejé porque en mi sorpresa intentó golpearme cosa que no logró por milésimas de segundo.

Eso me recordó lo nueva que era en este tipo de combates, sin embargo ya no había vuelta atrás, en medio del combate logre oír unas palabras provenientes de aquella muchacha: "shooting star", luego de escuchar esas palabras unas ráfagas de luces coloridos indescriptibles porque no se diferenciarlos, se avecinaban hacia mi como relámpagos.

Cada golpe que recibí en ese instante fue como el golpe de varios demonios unidos en uno solo, y con las segadoras luces que desprendían esos Aces no me dejaban reaccionar o siquiera saber que me golpearon.

Después de 10 segundos de recibir golpes como saco de boxeo, caí al suelo volviendo a ver la oscuridad que me rodeaba después de que los Aces de luz habían desaparecido.

Y ahí estaba, en el suelo sin poder moverme pero aún estando consciente para ver a aquella muchacha terminar con mi vida, eso es lo que esperaba, después de todo había perdido, que manera más complaciente que morir con honor en una batalla.

Pero no lo hizo, en cambio se acercó a mi y se sentó a mi lado, podia verla con lujos de detalle, ojos rojos como rubíes cabello castaño y largo, una tez clara von una cicatriz cerca de la frente.

Era alguien que no parecía temerle a este lugar, ese tal vez fue mi error, poco tiempo después alguien entró por la puerta con una lampara, la misma que hace un momento me dió la desventaja.

El portador no era nada más y nada menos que el mejor guerrero mágico de berno, un humano nacido en el infierno, mi maestro Puiggary.

Al verlo intenté levantarme pero por los golpes y la fatiga no podía moverme, la muchacha a mi lado tampoco parecía dispuesta a levantarse, ¿estará confiada por haberme ganado? ¿Piensa que mi maestro no atacará por tenerme junto a ella?, Sin dudas no sabe que es el mejor guerrero.

La tensión se notaba en el aire, las miradas de ambos se cruzaban se podia sentir el fuego en los ojos de ambos era cuestión de tiempo, solo un movimento iniciaria la contingencia.

Sie7e: Otro UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora