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El ambiente quedó tenso, las dos muchachas se observaban mutuamente en silencio, por un lado se podía notar una mirada sorprendida y preocupada, por el otro, se apreciaba una mirada cristalina y asustada.

La de falda cian terminó de entrar, cerrando la puerta detrás suyo y rápidamente agachandose en el suelo.

Ilena no supo como reaccionar, por lo que atinó a cubrirse con sus dos brazos, tenía miedo, mucho miedo. Sabía que Mirabel era una niña buena, pero en una situación así, nisiquiera puedes confiar en tu propia sombra...

Las demás personas siempre dijieron que ella es una chica muy fuerte y segura de si misma, llegaban a decir que era algo indiferente o apática... pero en ese momento se sentía tan pequeña e indefensa. Pensaba en lo que seguirá, todo lo que le falta por vivir y lo que le faltará. Nunca planeó que su vida se arruinaria por un matrimonio arreglado, ella quería ser alguien, quería trabajar y conocer a personas nuevas, llegar a tener conocidos y amigos que la trataran como una persona normal dejando de lado su posición social y casta... y tal vez, si es que se podía, conocer a esa persona especial.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por dos brazos rodeandole gentilmente pero aferrandose a ella con fuerza, sintió como el aire volvía a sus pulmones, abriendo los ojos de par en par, pudo observar como la contraria le estaba abrazando. Con sus manos temblando, correspondió el abrazo lentamente.

ー tranquila, ya estoy aquí... ー escuchó la voz de la chica mientras sentía como acariciaba su espalda repetidas veces ー Bel ya se encuentra aquí... ー

La morena lloraba desconsoladamente en el hombro ajeno mientras era contenida por la de ojos avellanas. Estaba felíz de volver a ver a su amiga, pero toda aquella felicidad era opacada por tanta presión del momento.

Luego de media hora así, la joven logró calmar a la otra, levantandose del suelo y haciendola sentar en la amplia cama que se encontraba allí, secando las pocas lágrimas que seguían cayendo con sus pulgares.

ー Niña, te vas a deshidratar, yo no quiero que mi amiga se seque ー comentó la de gafas con algo de diversión, tratando de apaciguar más las cosas. ー

ー Lo siento.. no debí llorar. ー respondió algo seria, no era lo que la trigueña esperaba oir, pero por lo menos pudo escuchar algo diferente a sollozos salir de su boca.

ー mhh.. sabes, llorar no está mal, no es como si fuera algo ilegal hacerlo o que si lloras te mueres, para nada ー le pasó unos pañuelos para que limpiara su cara y poder volver a colocarse frente a ella.

ー solo.. no quiero ser débil, llorar me hace sentirlo, llorar hace que me vea... débil. ー se limpió mientras respiraba. Inhala, exhala... inhala, exhala.

ー ... ー la muchacha guardó silencio unos segundos, pensando en lo que podía decir, tomó aire y habló ー todos tenemos debilidades, es algo normal entre nosotros, si crees que tenerlas es malo.. déjame decirte que estás muy equivocada ー tomó sus mejillas con ambas manos y se acercó a su cara, abriendo sus ojos expresivamente ー las debilidades son las que nos mueven, nos hacen fuertes, nos ayudan a aprender y superarnos a nosotros mismos, ¿entiendes?

La de ojos caramelo se quedó quieta, solo veía a los ojos ajenos observarla atentamente, se había sorprendido, pero luego recordó, ¿de qué demonios debía sorprenderse? Estamos hablando de Mirabel Madrigal, MIRABEL MADRIGAL, una de las chicas más optimistas y entusiastas que había conocido, y mira que estamos hablando del punto de vista de una niña de 11 años que actualmente tiene 18... eso la hizo pensar, Mirabel no había cambiado mucho, seguía teniendo esos rizos oscuros que se movían junto a ella, ojos grandes, sonrisa gentil... su personalidad seguía siendo la misma, claro, menos infantil. Eso la hizo sonreír para sus adentros, saber que esa chiquilla, ahora una mujercita, la seguía tratando del mismo modo que antes, la hacía felíz.

Linaje ー [Luisa madrigal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora