D-i-e-z

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Capítulo diez

Al final de todo, solo nos dieron una advertencia que casi acaba en expulsión por ser el primer día. Si yo hubiera sido el director, nos hubiera expulsado. Daba igual que fuera el primer día. La habíamos liado pero bien. La verdad es que me daba realmente igual, lo que me preocupaba era que mis tíos se habían gastado el dinero para yo desaprovecharlos por unos simples ataques de rabia. Tenía que aprender a controlarlos, así no iban a acabar bien las cosas. Ni para mí ni para nadie.

Como todavía quedaba rato libre, decidí buscar la biblioteca, cosa que hice casi al instante. En realidad, no era muy grande, pero a mí me servía y me gustaba. Era lo mejor del colegio hasta ahora y, sinceramente, dudaba que hubiera algo mejor. Las personas eran un asco y los profesores unos inútiles. Pasé por muchas estanterías buscando algo interesante que leer. Me gustaban casi todos y no sabía cuál elegir. Al final me decanté por un libro de la época Medieval. Abrí el libro y ojeé las primeras páginas mientras mis pies me guiaban solos hacia una mesa. Sin querer, pisé algo que hizo que casi me cayera.

Miré abajo y me di cuenta de que era un skate. ¿Qué demonios hacía un skate en una biblioteca? Por Dios, era un lugar sagrado.

-Lo siento- se disculpó una chica a mis espaldas.

Me di la vuelta y detrás mía había una chica un poco más alta que yo de pelo rojo. Tenía los ojos azules y pecas adornaban su cara. Lo que más me sorprendió era que estaba vestida casi igual que yo. Tal vez yo iba peor.

-¿Por qué traes un skate a la biblioteca?- decidí preguntarle.

-Es que no sé dónde dejarlo.

-Lo puedes meter en la taquilla, así no haces que los demás se caigan- le di una sonrisa falsa.

-Pero así no sería divertido si se caen.

Ese comentario hizo que casi me riera, pero no. No lo hice.

-Pues espero que algún idiota se caiga y tengas que pagarle el hospital- le dije a tiempo que me sentaba y comenzaba a leer.

Sin embargo, ella no se iba. Me miraba atentamente, como si quisiera decirme algo.

-¿Por qué sigues aquí?- volví a mirarla.

-Bueno, en la biblioteca podemos entrar todos- se sentó a mi lado.

-Muy gracioso- cerré el libro y encaré a la pelirroja- Ahora en serio, ¿qué mierda quieres?

-He visto lo que le hiciste a Hannah. Estuvo genial.

-¿Y qué quieres? ¿Un autógrafo?

De verdad que intentaba no ser borde. Pero eso simplemente no me salía. No era parte de mi naturaleza.

-No. Solo quería decirte que, si estás sola, puedes estar conmigo y mis dos amigos.

-Paso.

-¿De verdad prefieres estar sola? No se pasa muy bien.

Y ahí me harté. No me gustaba que me insistieran tanto. Me levanté de la silla y ella lo hizo casi al instante. Estábamos como sincronizadas, y eso era bastante raro.

Ellie, the indomitable (Ellie, la indomable) Saga literaria de Stranger Things. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora