D-i-e-c-i-o-c-h-o

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Capítulo dieciocho

La casa de mis tíos se me hacía mucho más pequeña. No la recordaba así, es como si la hubieran metido en la lavadora y hubiese encogido. Aún así, estaba feliz de estar de vuelta. No pensaba volver al instituto pero al menos estaría con mis tíos y Max. La única familia que tenía allí. Steve estaba en Hawkins, seguramente se preguntaba dónde leches estaba pero era mejor así. Era mejor que pensara que yo estuviera muerta. Para no causarle más problemas. Y con Max...no tenía muy claro lo que iba a hacer con ella. No sabía si alejarla por su bien o seguir con ella.

-De vuelta a casa...- me dijo mi tía al abrir la puerta de su casa.

El interior olía a comida, aunque yo no tenía mucha hambre. Ni una sola sonrisa tenía. Estaba inexpresiva, todo lo sentía por dentro.

-¡Ellie! ¡Ellie! ¡Qué bien que estás aquí!- mi tío fue a recibirme con alegría, fue la primera vez que lo vi entusiasmado.

Él empezó a toser de la nada. Le di varias palmaditas en la espalda y se recompuso.

-¿Estás bien?

-Sí, es que, de la emoción me he atragantado con la saliva.

Él rió un poco y luego nos envolvió el silencio. No sabía a dónde mirar, solo quería ir a dormir a mi cuarto.

-Los sentimos tanto, cariño- empezó mi tía con los ojos vidriosos- Si hubiésemos sabido que clase de sitio era ese, nunca hubieras ido.

-Exacto, estabas muy bien con nosotros. No sé por qué tuvimos la estúpida idea de llevarte...

No quería que se sintieran culpables, nada era culpa suya. Por supuesto que no. Tenía que quitarles esa idea de la cabeza.

-No, no. Escuchad, vosotros no tenéis la culpa de nada, no sabíais que iba a pasar esto. Solo queríais que mejorara mi comportamiento. Queríais lo mejor para mí, y lo entiendo.

-Aún así no podemos evitar sentirnos culpables...- admitió mi tío.

-Pues no os sintáis así, de verdad. Todo está bien entre nosotros tres.

Los dos sonrieron, una sonrisa que si pudiera hubiera enmarcado en un cuadro. Ellos se fueron juntos al comedor y me dijeron que fuese con ellos.

-Te hemos hecho tus galletas favoritas, espero que te gusten.

-Oh, no tengo mucha hambre- dije sentándome. Mis tíos copiaron su acción.

-¿Y no vas a comerte ni dos al menos?

-No, no tengo ganas.

-Bueno pues, nos las comeremos los dos- se giró hacia su esposo.

-Yo tampoco tengo hambre.

-Últimamente estás fatal con la alimentación.

-Seguramente sea por el cansancio, no hemos parado de trabajar por lo de...

Y de repente, se calló. Ellos se miraron, nerviosos.

-¿Por lo de qué?- inquirí, frunciendo el ceño.

-No tiene importancia- se apresuró a decir mi tía- Guardaré estas galletas en el estante para cuando queráis comerlas.

Ella se levantó y no pasó mucho tiempo hasta que se volvió a sentar enfrente de mí.

-Por cierto, ¿dónde está Max? Seguro que querrá verme.

Otra vez se miraron cómplices, y esta vez no se iban a escapar de mi pregunta.

Ellie, the indomitable (Ellie, la indomable) Saga literaria de Stranger Things. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora