Con 3 expulsiones e incontables reportes de mala conducta, la señora Myoui envía a su problemática hija, Myoui Mina, a una nueva escuela, dónde prometen que la joven se reformará, lo quiera o no.
Lo que Mina jamás se imaginó, fue que el personal de...
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El auto vibrante al avanzar la mantenía relajada, permanecía mirando con ceño fruncido el techo del vehículo. Su madre hablaba y hablaba sin parar. Mina ya conocía ese discurso, el como recalcaría que debía comenzar a comportarse, que ya tenía 16 años y debía comenzar a madurar. Pero a Mina le daba igual lo que ella dijera, desde que había comenzado a llevar a ese hombre, al que había nombrado su novio, a casa... dejó de importarle lo que la mujer tuviera que decirle.
Simplemente se mantenía callada, completamente tranquila pese a la constante habladuría de la japonesa mayor.
-No puedo creer que tengas esa actitud tan horrible- Sachiko recriminaba a su hija todavía más y más.
-Horrible como tus gustos- contestaba mirando de reojo al piloto de aquel auto, un hombre de traje que simplemente reía ante el desprecio de la Pelinegra.
-¡Basta ya de eso! Deja de ser grosera con él- La mujer regañó una vez más. El hombre en respuesta simplemente posó su mano sobre la de ella.
-Tranquila cariño, es solo una chiquilla de 16 años. Está en una etapa, ya se le pasará- el hombre trataba de animar, sin embargo, Mina volvió a sacar una risa sarcástica.
-¿Una etapa? ¡La han expulsado por tercera vez de una academia, Lee! A este paso, mientras esperamos que su "etapa" pase, nos quedaremos sin escuelas que la acepten- la mujer hablaba con fastidio e indignación. Finalmente volvió a recargarse en el asiento del copiloto y soltó un suspiro cansado mientras acariciaba el puente de su nariz. -Menos mal la academia Seukeuleom la acepto sin inconvenientes, no sé que sería de ti de no ser así, Mina- la mujer decía con decepción.
La japonesa menor simplemente suspiró al igual que su madre. Estaba cansada de lo mismo ¿Acaso la mujer no podía entender el desesperado grito de ayuda y atención de su hija? No, Sachiko se había cansado de ser una madre común y soltera, encargándose de ella por su cuenta, ahora tenía la oportunidad de dejar de padecer y carecer a raíz de esa nueva conquista adinerada.
¿Y qué si era un viejo?
Mina se preguntó si era realmente justo que su madre técnicamente se deshiciera de ella para poder disfrutar de la fortuna de ese hombre que seguramente era más viejo que su difunto padre, Akira.
Ahora estaba destinada a una academia que "reformaría" su mala conducta y su rebeldía, prometiendo entregar a una nueva Myoui Sharon Mina.
"-Y una mierda-" Susurró al pensar en eso.
Eran promesas idiotas a su parecer, Mina destruiría, rompería y malograría lo que le diera en gana. Tres escuelas habían prometido lo mismo y terminaron deshaciéndose de ella, desechándola como si fuera un trozo de basura, un estorbo, justo como su madre estaba por hacer. Y claro, quizá si se consideraba un estorbo y un pedazo de basura, pero jamás le perdonaría a nadie que se lo escupiera a la cara. Mina podría sentirse eso y mucho más, pero solo ella tenía permitido decírselo a sí misma, si alguien más lo hacía, seguramente recibiría sus puños en la cara.
