Mina miraba su reflejo en el pequeño espejo en su dormitorio. Estaba observando la pequeña herida en su ceja que ya había comenzado a hacer costra, decidió limpiar tanto aquella como la de su labio. Ser muy cuidadosa con sus cuidados, pues no quería que le quedaran cicatrices después de que cerraran.
Odiaria tener la cara marcada de por vida.
Sana estaba a espaldas de ella, la otra japonesa estaba ocupada cortando una gasa y haciendo un pequeño parche nuevo y limpio para Mina.
Cómo era de esperarse, Sana ayudo a Mina a curar y limpiar cada una de las heridas que Chaeyoung le había hecho hace cuatro días, cuando la golpeó hasta hacerla desvanecerse. Se encontraba realmente agradecida con su compañera de ayudarla.-Listo, déjame ponertela- Sana se acercaba a la pelinegra y haciendo un par de mechones de su cabello a un lado para despejar su rostro, colocó el parche sobre la ceja de Mina, cubriendo su herida.
-Eres muy buena en esto, gracias por ayudarme- le agradecía a su amiga, dedicándole una sonrisa.
-Solo quiero ayudarte a que todo sea menos duro- la mayor parecía algo preocupada por la actual situación de la japonesa.
Mina no respondió de inmediato, se sentía mal por causar que Sana se preocupara; si bien intentaba mantener su distancia, le era inevitable que la japonesa mayor terminará involucrada de alguna manera, agradecía profundamente que solo lo estuviera cuando limpiaba sus heridas. Mina no se perdonaría si alguien atacaba a Sana por su culpa.
-Lamento mucho que tengas que ver todo esto, supongo que debería ser más cuidadosa y no confiar en la palabra de nadie- Mina le dedicaba una apenada sonrisa a la mayor. -Definitivamente te compensare por toda tu ayuda- Mina sonrió a la chica antes de levantarse y tomar su mochila y terminaba de atar sus zapatos deportivos.
-Lo hago porque quiero, no puedo ver cómo llegas lastimada y quedarme de brazos cruzados- Sana le dedicaba una sonrisa que trataba de ocultar su preocupación.
-Estare bien, solo no te involucres demasiado. No quiero tener que masacrar a quien te toque un solo cabello- y con esas palabras y una sonrisa agradecida, Mina salía de la habitación, dejando a una aún preocupada Sana.
Mina tenía planes para su fin de semana, tenía dos cosas de las cuales encargarse, por lo que con completa confianza se comenzaba a dirigir hacia el gimnasio de Seukeoleom, con la esperanza de ejercitarse y fortalecerse para enfrentar de una vez por todas a Chaeyoung.
Camino con precaución, haciendo lo posible por no encontrarse con ninguno de los Bullys y la persiguieran como bien acostumbraban desde aquel inconveniente con la foto revelada. Agradecía que no hubiera casi nadie fuera, seguro al ser sábado, todos estarían durmiendo y holgazaneando con calma en sus dormitorios.
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Bully
Fiksi PenggemarCon 3 expulsiones e incontables reportes de mala conducta, la señora Myoui envía a su problemática hija, Myoui Mina, a una nueva escuela, dónde prometen que la joven se reformará, lo quiera o no. Lo que Mina jamás se imaginó, fue que el personal de...