Capítulo 5: Consecuencias

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Nota de Autor: Hola chicos, ya ha pasado un tiempo desde que escribí, así que en esta ocasión de regreso les traigo todo lo que faltaba de esta historia, espero disfruten ;3
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Lo siguiente que supo Cody es que estaba en frente de todos, ya las risas no se escuchaban, no escuchaba nada más por tan penosa situación, la vista se le nublaba, un remolino de los colores borrosos giraba y giraba frente suyo, el pitido en sus oídos, mareos, el dolor desapareció y lo siguiente fue... La nada. No supo muy bien qué es lo que pasaba después, solo reaccionó con un grito ahogado cuando estaba fuera de la oficina del director, sentado en una banca con cojines de cuero.

Cody ya estaba vestido y sentado en una tenue luz que salía de aquella opaca ventana hacia la oficina donde se escuchaba una plática exaltada, Cody se levantó del asiento, miró por la ventana del pasillo y el cielo ya estaba en color naranja, parecía que había pasado todo el día, sin que se haya dado cuenta.

- Supongo que hice el ridículo - fueron las palabras que soltó Cody con un apagón en su voz, un vacío inundó su pecho y solo fue para volver a sentarse.

De todo el tiempo que lo molestaron y humillaron esa fue la primera vez que llegó tan lejos como para mandarlo a la dirección, dentro debería estar su hermano Arthur hablando con el director, sus padres no estaban en la ciudad así que Cody solo se imaginaba el castigo que le esperaba al llegar a casa y el enfado que tendría su hermano al hacerle perder el tiempo.

Momentos después, el picaporte de la puerta se escuchó girar, la puerta se abría con un rechinido de la madera y salió Arthur, sin embargo, ante la imposibilidad de Cody, este no salió con una cara molesta, salió con un ceño triste y preocupado, la puerta se volvió a cerrar y solo Arthur tomó la mochila de Cody - Vámonos a casa, Cody - decía Arthur de la forma más normal posible, Cody solo se levantó y siguió a su hermano por aquellos vacíos pasillos. Los alumnos ya se habían retirado, nadie más estaba por las instalaciones, solo ambos hermanos caminando en silencio hacia el estacionamiento.

Llegaron hasta el coche de Arthur, un coche viejo de segunda mano, con raspones y pintura roja desgastada, hasta las refacciones eran usadas, un coche lamentable de ver pero Arthur se enorgullece de tenerlo pues era todo suyo. Cody se sentó en la parte de atrás y Arthur estuvo conduciendo todo el camino, la radio no servía como para que ayude a que el ambiente no estuviera tan tenso, pero quizá no hubiera ayudado en nada.

- Esto... ya fue demasiado lejos - finalmente habló Arthur, quizá las palabras más sinceras que haya escuchado Cody en mucho tiempo - pensaba que todo esto te ayudaría a formar carácter, pero ya se ha salido de control -

- ¿Por cuánto tiempo me suspendieron? - preguntaba Cody viendo hacia el suelo, de todas las cosas posibles, lo más bueno sería una suspensión de poco tiempo, pero, ¿Qué le depara el futuro a alguien que no lleva su propio rumbo?

- Un mes... por lo menos abogué por ti para que no fuera expulsión - Decía Arthur con un tono que denotaba pena y tristeza en su voz, ¿Sería una redención de su hermano mayor quien también le hacía la vida imposible?

- No sabía que te preocupabas por mí - Respondía Cody mientras miraba por la ventana - normalmente me haces la vida imposible también, estoy ya cansado de todo, hasta de ser yo mismo -

Un pequeño silencio pasó, aquel silencio para que Arthur pensara en una respuesta ingeniosa o que ayudara a su hermano a subirse el ánimo - Pues claro que me preocupo por ti - el coche había llegado a la casa, las luces apuntaban al garaje y el motor aún ronroneaba - eres mi hermano yo siempre me -

- si, si... el discurso que los hermanos mayores siempre dicen - Cody salió del auto y entró en la casa, ya no tenía ánimos de nada y simplemente se recostó en cama, Arthur entró y simplemente se sentó a pies de la cama mirando a Cody - Es enserio, voy a ser diferente contigo, ya lo verás -

Arthur se levantó y dejó a Cody con sus pensamientos, estuvo la noche mirando hacia el techo, no podía dormir por todo lo que pasó en el día, fue completamente un combo de tortura, sus nalgas adoloridas y la entrada por toda la fricción de sus calzoncillos, incluso, parecía su imaginación, pero todos los golpes, todos los moretones en su cuerpo le dolían al mismo tiempo, un dolor pulsante, palpitaciones y ardor por todos lados, era su punto culmen, su límite máximo de su sufrimiento.

Cansado de ser YO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora