El Principe Vinsmoke

02

Capitulo:
Forastero
๑

Habían pasado 13 años desde la muerte de la reina, Sora, y todo ese tiempo los cuatro príncipes entrenaron con todas sus fuerzas; eran los mejores guerreros del Germa.

Excepto por el tercer principe.

Sí, era bueno en su técnica de pelea e incluso se rumoreaba que de entre todos los príncipes era el más fuerte, pero sus habilidades estaban enfocadas a la cocina y no a la guerra, eso era molesto para el rey, porque eso era algo que ni la única hija de los Vinsmoke había tenido en mente, antes o ahora. También le gustaba ser amable y servicial con las mujeres, las quería de sobre todas las cosas y esa personalidad —mezclada con su buen parecido—, hacía que, en secreto, las mujeres del reino lo amaran tanto como para catalogarlo "su amor platónico".

A los hombres del pueblo no les gustaba la idea, era obvio, saber que gracias al chico de grandes modales, habilidades culinarias, de pelea y hasta de limpieza, ellos eran hombres solteros como consecuencia.

Aunque realmente al rey le daba igual esa situación y, en parte, gracias a eso no se había atrevido a matar a su hijo fracasado.

Porque era cierto, su falta de preocupación era porque no existían problemas, era bastante útil a decir verdad; las mujeres estaban tranquilas y eran demasiado serviciales con los hombres, era su manera de querer conquistar al príncipe, mientras tanto, los hombres por coraje ante eso se dedicaban a ser fuertes protectores de aquel reino, pues creían que así lograrían enamorar a aquella mujer de sus deseos y amor que cada uno tenía.

Y si bien la rutina era llevada a cabo como siempre, el ambiente estaba intranquilo, pues en esa mañana el río que pasaba por en medio del pueblo serpenteaba agitadamente, y los coloridos pájaros alzaron vuelo en dirección al castillo, descansando de su viaje en las torres de vigilancia. Parecía que la naturaleza sabía lo que el destino estaba preparando.

──¿Notaste los pájaros? ¡Pareciera que protegen el castillo! Tal vez por eso se hará la fiesta.

──Puede que sea así, se ven como protectores alados.

Si bien era una conversación cualquiera, había surgido gracias a un acontecimiento importante.

Aquel día se festejaría una fiesta, fiesta de la que nadie, sea forastero, campesino, cocinero, marqués o duque, mientras se encuentre en las tierras del Germa, no sería excluido.

Y el castillo estaba muy movido, pero a pesar de la actividad, se sentía un aura fría.

──¿Por qué una fiesta de tal magnitud?

──Para hacer saber lo del libro.

──Así que es eso...

La corta conversación daba lugar en el reino de grandes paredes de piedra, en ese momento la princesa y hermana mayor de todos los hijos Vinsmoke, supo, por intuición, la razón de dicho festejo.

Si bien Sanji era el mejor peleador del reino, habían razones por las que su padre lo quería lejos, o lo llamaba "fracasado', pues existía un libro lleno de predicciones en el que se relataba el nacimiento de un bebe con la maldición de sangre real, la señales que daba se centraban en sus cabellos rubios, cejas en espiral, ojos azules, y una extraña, además de grande, cercanía al fuego —algo que, aún,  es un misterio para los sabios del palacio—.

Concluyendo en que, el día que las seis estrellas más brillantes de la noche se alineen, aquel descendiente, se transformaría en un peligroso dragón que podría acabar con los 6 reinos existentes.

Y aquella fiesta estaba planeada para que, todos los habitantes del reino, o de otros reinos —en cuestión de los forasteros—, se dieran cuenta de la peor cara del amado príncipe. Podía ser un cruel plan, pero parecía ser el más eficiente para evitar que el pueblo amará por más tiempo al jóven.

Quería evitar un golpe de estado por si el chico solo desaparecía como si nada, no sabía cómo ni cuando, pero era muy cierto que el pueblo prefería al tercer principe de sobre el mismo rey y, no se debía ser tan inteligente como para saberlo; si ese chico desaparecía como si nada, el reino Germa, podría tener un cambio de gobierno.

* * *

En las calles de la ciudad principal solo se escuchaba hablar de aquella fiesta que empezaría una hora antes del amanecer y, las personas del pueblo, más que estar emocionadas, se encontraban confundidas por la situación. Y cómo no estarlo, en el reino entero se tenía muy en mente que su rey no era un hombre que compartiera su alegría con su gente, pero, aún así, se sentían raramente atraídos al festejo.

──Son dos monedas de plata.

──Gracias.

──Disculpe, ¿Es un forastero?

──Sí ──detuvo su andar y la sonrisa exageradamente linda de la mujer lo hizo bufar, parecía que quería algo──. ¿Qué quieres?

──Debería asistir a la fiesta de hoy.

──No quiero.

──Puede ser asesinado ──simplemente alzó sus hombros al ver el rostro sin expresión alguna del hombre encapuchado──. Pero, tal vez al famoso caza recompensas, Roronoa Zoro no le dé miedo meterse en temas políticos.

Una mueca de disgusto apareció en él y ella volvió a sonreír, dulcemente.

──Como me imaginé, no le gusta la política.

──Podría ser que no me gustan los problemas.

──¿De verdad?

Zoro volvió a hacer una mueca, la mujer soltó una risita, esa conversación empezaba a ser molesta para el joven forastero. Tomó sus cosas y se alejó del lugar.

Las calles se movían, como siempre, y le costaba encontrar el puerto para irse del país, era tarde, y había terminado en el centro del pueblo donde algo se festejaba. No quería entrometerse, pero los hombres del lugar le invitaron sake y, cómo rechazarlo, tomó con gusto lo que le ofrecía, después se escucharon las trompetas de la realeza, escuchándose murmullos.

Y las trompetas sonaron de nuevo para comunicar a todos que, con la aparición de la primera estrella, daría inicio el baile en el reino.